La exportación de frutas y hortalizas crece un 11% por el incremento de los precios
La exportación española de frutas y hortalizas totalizó 4,8 millones de toneladas durante el primer semestre de este año, lo que supone una mínima caída del 0,4% respecto al mismo periodo del ejercicio precedente, pero aumentó un 11% en valor, hasta 4.025 millones de euros.
Los datos de la Dirección General de Aduanas, procesados por la Federación de Productores y Exportadores (Fepex), confirman la estabilización de los volúmenes, que se mantiene desde 1998, pero que se agrava en el caso de las hortalizas, donde se ha producido este año un retroceso del 8,5%.
En concreto, la exportación de hortalizas se situó en 2,1 millones de toneladas y su caída se ha debido al descenso de los envíos de las principales cultivos exportados, especialmente en el tomate, que bajó un 18%, pepino (-21%) o lechuga (-3%). Por el contrario, el valor de las hortalizas registró un incremento del 9%, alcanzando 1.922 millones de euros. El precio medio del kilo exportado en el primer semestre de 2002 se situó en 0,89 euros, frente a 0,75 euros del mismo periodo de 2001.
Las frutas, por su parte, experimentaron aumentos del volumen (7%) y del valor (13%), elevando a 2,7 millones de toneladas y 2.103 millones de euros la exportación española hasta junio. El precio medio de las frutas subió de 0,73 a 0,77 euros.
La UE, primer cliente
El destino prioritario de las frutas y hortalizas españolas sigue siendo la Unión Europea, con el 91% del total exportado. Alemania, Francia, Reino Unido y Países Bajos son los primeros clientes. Los envíos extracomunitarios siguen siendo poco significativos, totalizando 362 millones de euros.
En el capítulo de importaciones, se ha producido un descenso del volumen del 12% y un aumento del valor del 9,7%, totalizando 763 mil toneladas y 447 millones de euros. Patata y cebolla son las hortalizas más importadas; en frutas destacan manzana, kiwi y piña.
El director de Fepex, José María Pozancos, atribuye el descenso de las ventas en volumen a la saturación de los mercados comunitarios, e insiste en las dificultades para acceder a nuevos mercados 'que imponen los países más desarrollados, mediante barreras ficticias, para proteger su mercado interior'.