Cómo leer y entender la etiqueta
Si nos paramos a reflexionar, nos encontramos que la etiqueta del vino es un verdadero aliado para el consumidor. Al contrario que otros productos del sector alimentario, la etiqueta de una botella debe cumplir ciertas exigencias bastante exhaustivas que permiten al comprador juzgar de antemano la calidad y el valor del vino a adquirir. Los detalles que deben figurar en una etiqueta son los siguientes:
El origen. Lo primero que se debe averiguar es el país de origen, que obligatoriamente debe figurar a modo de 'producto de ' o en inglés (produce of ).
La calidad. No coincide la legislación en todos los países, pero en Europa se distingue el vino de mesa -el más común- de los vinos de calidad. En esta segunda categoría se encuentra lo específico de cada país: Denominación de Origen en España, Appellation d'Origen Contrôlée en Francia o la Qualitätswein en Alemania. En nuestro país, cada denominación de origen tiene su sello, que debe aparecer en la etiqueta o en la contraetiqueta del vino.
El contenido. El volumen de contenido de la botella, cuyo tamaño habitual suele ser de 75 cl / 0,75 l / 750 ml.
La graduación alcohólica. Obligatorio en todas las bebidas con alcohol. Suele estar expresada en grados o en porcentajes.
La cosecha. Su incorporación en la etiqueta no es obligatoria, pero sí aconsejable. La añada nos permite prever el estado en que se encontrará el vino en el interior de la botella.
Origen del embotellado. Suele especificarse si el embotellado se ha realizado en el lugar de origen.
Generalmente, las etiquetas suelen precisar la zona de producción exacta, la bodega que lo elabora o el productor -muy importante para valorar el vino y evitar fraudes-, la fecha de embotellado, el tipo de crianza (especialmente en España) y el registro de embotellado.
La contraetiqueta. Generalmente las etiquetas se complementan con textos explicativos que figuran en la llamada contraetiqueta. Dichos textos incluyen datos sobre la elaboración del vino, su envejecimiento o crianza y las variedades utilizadas. A veces se incorporan notas de cata y maridajes adecuados.
Cada día más las bodegas ponen especial interés en concebir etiquetas atractivas, encargando sus proyectos a los más prestigiosos diseñadores. Ejemplos claros de estas nuevas tendencias son las magistrales etiquetas de Enate, que recurre a los grandes pintores españoles para ilustrar sus vinos, o el ya clásico Milflores de Bodegas Palacio, que decora directamente la botella con pintura sobre el vidrio.