Las economías asiáticas se fortalecerán en 2002 y 2003, según BAD
Las economías asiáticas se fortalecen y crecerán este año un 5% y el siguiente un 5,7%, por encima de lo previsto, según ha indicado el Banco Asiático de Desarrollo en su revisión del Panorama del Desarrollo de Asia-2002.
El informe señala que en esa región del mundo la recuperación económica permanece intacta pese a los problemas globales, y durante el primer semestre del año sacó provecho de la recuperación de las exportaciones y, a la vez, acentuó la expansión de la demanda interna.
Las perspectivas más optimistas recaen en el este y el sureste de Asia, donde "un consumo relativamente robusto está ayudando a conseguir un crecimiento mayor del calculado", según el BAD. El gigante chino presenta los datos más alentadores con una previsión del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 7,4% para 2002 y del 7,5% para 2003, seguido de Corea del Sur (6,0% y 5,8%, respectivamente).
En la zona intermedia aparecen Singapur (3,9%-2002, 5,6%-2003), Filipinas (4,0%, 4,5%), Indonesia (3,2%, 4,4%), Malasia (4,5%, 5,0%) y Tailandia (3,8%, 4,0%). Las economías de esa zona que más problemas presentan y a las que el BAD aplicó un reajuste a la baja son Hong Kong (del 2,1% al 1,4% en 2002, del 4,8% al 3,5% en 2003) y Vietnam (del 6,2% al 5,7%, del 6,8% al 6,2%).
En el sur de Asia, el BAD advierte de que los desastres naturales imprevistos, la ralentización mundial y problemas de seguridad frenan el crecimiento económico, y reduce al 3,9% la previsión para este año y al 5,7 por ciento la del próximo. Las economías de Asia central crecerán en 2002 un 6,2% de promedio, cifra determinada por el excelente comportamiento de Kazajistán y su sector petrólero, mientras que en 2003 perderán fuerza hasta el 5,7%, como consecuencia de una esperada ralentización de la economía de Rusia.
En cuanto a los Estados insulares del Pacífico sur, el BAD ha reducido a la baja sus proyecciones de crecimiento, al 1,1% este año y al 2,1% en 2003, y advierte a esa región que la mejoría dependerá en gran parte de la estabilidad política y del comportamiento de la economía mundial.