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Derivados

Futuros para una recuperación

Estos derivados permiten aprovechar las subidas de los mercados limitando al mismo tiempo las pérdidas. Para ello, es necesario invertir una parte en renta fija, la necesaria para recuperar la cantidad inicial, y otra parte en futuros

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ada la situación actual de los mercados, con escaso movimiento y muchas opiniones hablando de doble recesión y de escenarios bajistas, nos parece interesante diseñar una estrategia de inversión con futuros que permite ir obteniendo ganancias cuando el mercado sube pero limitando siempre las pérdidas. Se trata de una forma de invertir en la que consolidamos o reinvirtimos ganancias a medida que se producen, de forma que podemos asegurar el capital o potenciar las ganancias según prefiramos.

Esta estrategia consiste en invertir una buena parte de la cartera inicial en renta fija, exactamente la cantidad necesaria para recuperar en un plazo de tiempo la cantidad inicial. Por ejemplo, si nuestro horizonte de inversión es un año, podemos invertir a un tipo de interés del 3,75% y contamos con una cantidad inicial de 60.000 euros, tendremos que invertir en renta fija 57.831 euros para recuperar, al cabo de un año, la cantidad inicial de 60.000 euros. La cantidad restante, 2.169 euros la usamos para intentar ganar invirtiendo en renta variable, por ejemplo en futuros que vencen a lo largo del año.

Elegimos futuros sobre el índice Ibex para conseguir la exposición al mercado. Los futuros tienen vencimiento mensual, si a final de mes hemos ganado con ellos, podemos, bien reinvertir las ganancias, bien añadirlas al principal que invertimos en renta fija y de esta forma consolidar las ganancias. El futuro con vencimiento en octubre cotiza, en estos momentos, a 6.420 puntos y equivale a 6.420 euros, puesto que se trata de un futuro mini (cada punto equivale a un euro) sobre el Ibex. Al comprar un futuro hay que desembolsar 700 euros de garantías que serán devueltas cuando se venda el futuro.

Supongamos que no queremos invertir toda la cantidad disponible porque significa jugarnos todo nuestro potencial de ganancias, y si la Bolsa cae mucho nos quedaríamos sin posibilidad ya de invertir en renta variable el resto del año. Invertimos en dos momentos del tiempo. Uno ahora y otro dentro de seis meses, y en cada momento invertimos la mitad del capital disponible, es decir, 1.085 euros. Como hay que depositar una garantía de 700 euros por cada futuro comprado, sólo podemos comprar un futuro en este momento, y nos restan 385 euros que, mientras, podemos colocar en renta fija.

Elegimos la alternativa de reinvertir las ganancias y así ir aumentando el potencial de ganancias (aunque en una vuelta del mercado podemos perderlo todo). Si, para el 18 de octubre, fecha en la que vence el futuro, la Bolsa ha subido a 6.800 puntos, habremos ganado 380 puntos, lo que sumado a los 385 euros que nos quedaban, ya nos permite depositar las garantías de otro futuro. En este momento disponemos de 1.465 euros. Compramos ahora dos futuros del siguiente vencimiento, y si la Bolsa vuelve a subir utilizamos las ganancias para ir comprando más futuros, así sucesivamente hasta llegar al mes de marzo, en el que además incorporaríamos los 1.085 euros restantes por invertir.

Caída de las Bolsas

Si la Bolsa baja nos iremos comiendo esas garantías depositadas y siempre hay que controlar que no perdamos más cantidad de la disponible para la inversión en renta variable. Es decir, si durante el segundo mes los futuros del Ibex bajaran por debajo de los 6.068 puntos, habríamos perdido ya la cantidad disponible para arriesgar (1.465 euros entre dos futuros significa que la caída máxima es de 732 puntos) y habría que vender los futuros y salirse del mercado -incluso habría que empezar a vender los futuros un poco antes de que tocaran el nivel, puesto que en determinadas ocasiones no es posible conseguir el precio que se quiere y hay que vender por debajo-. Una vez perdida la cantidad límite sólo queda esperar a que llegue marzo para invertir la cantidad restante.

Una alternativa a la descrita es utilizar parte del dinero destinado a renta fija para pagar la garantía de los futuros, puesto que Meff remunera las garantías a un interés. En este caso habría que controlar muy de cerca que nunca se pierda con el total de los futuros que hayamos comprado una cantidad superior a 1.085 euros -o 2.169 euros si lo arriesgamos todo de una vez- que es lo máximo que podemos perder.

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