Nueva York pierde el 2,35% con un negocio reducido
Pasó el aniversario y regresaron las viejas preocupaciones. La debilidad económica y el posible ataque contra Irak vuelven a ser motivo de inquietud. Por ello, también volvieron las pérdidas. El Dow Jones cedió ayer un 2,35%; el S&P 500, el 2,48%, y el Nasdaq, el 2,7%.
Los inversores, en cualquier caso, siguen ausentes. El volumen de negocio y el número de acciones intercambiadas apenas representan un 60% de la media del primer semestre.
Greenspan fue, de nuevo, acicate del nerviosismo al alertar de los riesgos que acechan a la economía estadounidense. El presidente de la Reserva Federal, en su esperado discurso ante el Congreso, pintó un panorama desalentador e hizo hincapié en el impacto negativo que el déficit presupuestario puede tener en la economía.
No fue el único llamamiento del presidente de la Reserva Federal. Para dar mayor peso a sus argumentos, Greenspan adelantó que la Fed rebajará las previsiones de crecimiento.
La otra gran cita de la sesión, la comparecencia de George Bush ante la ONU, aumentó la inquietud. Según el presidente estadounidense, será inevitable una acción contra Irak, a menos que se hagan efectivas las resoluciones que exigen el desarme del país. El discurso no hizo más que añadir incertidumbre sobre el ataque. El precio del crudo, sin embargo, perdía fuelle al caer por debajo de los 28 dólares.
Por si fueran pocas las noticias inquietantes, se publicaron varios informes negativos de analistas que hicieron mella en las cotizaciones. Lehman bajó las previsiones de ingresos para el sector de semiconductores. Intel perdió un 5,24% y Applied Materials, que además recibió un recorte en la calificación por USB Piper Jaffray, bajó un 6,6%.
En otros sectores, McDonalds cedió un 4,4% tras varias notas pesimistas de Goldman y CIBC World Markets.
La debilidad de Wall Street en la apertura ahondó las pérdidas que ya registraban los mercados europeos. Los principales índices cerraron con pérdidas superiores a al 3%. Francfort retrocedió un 4,54%; París perdió un 4,57%, y Londres, el 2,99%.
Aseguradoras, tecnológicas y telecomunicaciones se llevaron la peor parte. El primero grupo vivió una nueva jornada de pérdidas entre temores de los inversores porque tengan que anunciar más ampliaciones de capital para poder hacer frente a la situación financiera. Aegon bajó un 9,16%, y Axa, el 7,45%.
Uno de los mayores descensos entre las tecnológicas correspondió a Philips, el 11,27%. La compañía de componentes electrónicos reconoció que las ventas en su división de chips caerán hasta un 6% en el tercer trimestre.
Este anuncio lastró otros fabricantes de semiconductores. Infineon perdió un 10,7%, y ASML, el 9,64%.
El BCE, tal y como se anticipaba, mantuvo invariables los tipos de interés. Sin embargo, la autoridad monetaria se sumó a su homóloga estadounidense en las pobres expectativas económicas.
El banco presidido por Duisenberg reiteró que no espera una notable mejoría económica hasta el próximo año. Además, su presidente alertó de que un ataque militar contra Irak tendría consecuencias impredecibles en la economía. Duisenberg hizo hincapié en los efectos del alto precio del crudo en los objetivos de inflación.
Los índices latinoamericanos rompieron ayer la racha alcista y cerraron con retrocesos. São Paulo perdió un 0,11%, y México, el 0,65%. æscaron;nicamente Buenos Aires subió, un 2,18%, después de las medidas anunciadas de flexibilizar el corralito. El volumen de negocio, no obstante, sigue bajo.
La Bolsa de Tokio encadenó ayer la cuarta sesión consecutiva de ganancias. El índice Nikkei se anotó un 0,16%, con lo que acumula en lo que va de semana un avance del 3,13%. La banca y algunas tecnológicas auparon el mercado. Canon, uno de los mejores valores, sumó un 2,98%.