_
_
_
_
Estrategia

Las compras de acciones por ejecutivos, insuficientes para devolver la confianza

El 8 de agosto, hace un mes, Emilio Botín se quejaba en la carta enviada a los accionistas de que la Bolsa 'no refleja el valor real' del Santander. Predicó con el ejemplo, y ese mismo día el banco comunicó que la Fundación Botín, propiedad de la familia, había adquirido 2,76 millones de acciones del banco, incrementando su presencia hasta el 1,48%. Anteayer fue Juan Abelló quien se convirtió en el quinto accionista de Santander al comprar el 0,231%

Aquel mismo día las acciones del banco experimentaron un repunte del 8,16%, el mayor en varios meses. Pero fue el crédito del FMI a Brasil lo que tiró del mercado, más que las compras de los Botín o que los resultados.

Las compras de acciones por ejecutivos son uno de los signos más seguidos por los observadores de Wall Street. Allí el régimen de comunicación es mucho más estricto que en España, donde sólo se actualiza la participación en el capital de los miembros del consejo de administración, sin decir si han comprado o vendido.

En España, además de Botín, Alfonso Cortina, presidente de Repsol YPF, compró 280.000 acciones de la petrolera para triplicar su participación en el capital y convertirse en primer accionista individual. Fue el 25 de junio, día en que la acción subió un 2,63%.

Más se notaron las inversiones realizadas por Amancio Ortega, presidente de Inditex. Se ha hecho con más del 5% de NH Hoteles, un movimiento que hizo subir como la espuma la cotización de la cadena hotelera. Su ex mujer, Rosalía Mera, compró el 4% de Zeltia, que también subió. Se habló entonces de un efecto Amancio Ortega. En otra ocasión el mismo Ortega anunció la venta de medio millón de acciones de Inditex, pero entonces la cotización no lo notó, pues se trataba de una comunicación que el mercado ya esperaba.

Otras veces estos movimientos son insuficientes para levantar la cotización, como cuando la CAM aumentó la participación en Sol Meliá. El valor ha seguido cayendo, porque la crisis turística pesa más. Los expertos consideran que estos movimientos son positivos, aunque matizan que el pesimismo enquistado en los inversores es tan profundo que se necesitan estímulos mucho más fuertes. 'Es una señal positiva, que debería añadir algo de confianza al inversor, porque si los gestores, que son los que más información tienen, confían sus propios ahorros, ello da una idea de compromiso con la cotización', señala Jordi Falgueras, de Gaesco.

No obstante, cree asimismo que en estos momentos el mercado está excesivamente deprimido, y este tipo de movimientos son insuficientes.

Escándalos contables

Manuel Cabezas, de BNP Banca Privada, considera igualmente que el mercado está ahora mismo más pendiente de otros temas: 'Los inversores están en otra guerra, aunque está claro que esta es una forma de apoyo a las compañías', explica, 'pero cuando había inquietud en el mercado porque se descubrió que ciertas compañías estaban confeccionando unas cuentas más o menos creativas, en esos momentos las compras de acciones por directivos eran una muy buena señal. Ahora los inversores se preocupan de la desaceleración económica', concluye.

Aparte de los casos ya mencionados, en España no se han comunicado otras compras por parte de ejecutivos que sean significativas. La normativa de la CNMV relativa a la compraventa de acciones por parte de ejecutivos impide tener datos más allá de las comunicaciones de las propias empresas.

Archivado En

_
_