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Avances

LSI Logic idea un programa que abarata un 90% el coste de los chips

Ocho años le ha costado al fabricante californiano de semiconductores LSI Logic lanzar una nueva línea de producto. Se trata de un dispositivo que permite reducir hasta un 90% los costes de desarrollo de chips programados según las necesidades específicas que demandan muchas empresas, fundamentalmente de los sectores de automoción y telecomunicaciones, pero también de bienes de consumo.

Hasta ahora, cuando una empresa necesitaba combinar muchas funciones especiales en un dispositivo, sólo tenía dos opciones: o pagar entre 10 millones y 20 millones de euros por tener en un plazo de seis meses el diseño a su medida o, para reducir este coste, tener previsto realizar un pedido de fabricación del chip muy voluminoso.

En este último caso, según la consultora iSuppli, se suele recurrir a configurar un prototipo de programación llamado ASIC (siglas en inglés para designar los circuitos integrados de aplicación específica) en función de las especificaciones del usuario. El coste medio del diseño se reduce, entonces, a entre tres millones y cinco millones de euros. Pero, como contrapartida, se puede tardar en tenerlo hasta dos años.

LSI Logic asegura que su dispositivo, al que ha bautizado como RapidChip, puede configurarse en sólo seis meses. Servicio que, además, ofrece al módico precio de 202.000 a 505.000 euros.

Esta compañía californiana, que emplea a 5.300 personas, calcula que, gracias a este nuevo producto, conseguirá acaparar el 23% del mercado mundial de diseño de chips, que valora en 48.480 millones de euros. El año pasado, LSI Logic tuvo una cifra de negocio de 1.797,8 millones de euros.

La empresa anunció ayer que los primeros semiconductores diseñados basándose en RapidChip estarán listos para fabricar en serie a principios del año que viene.

Esta plataforma promete revolucionar el especializado mercado de los servicios de diseño de chips a la medida, que últimamente codician los grandes fabricantes del sector, incluso la imbatible Intel.

En Japón, las compañías tienen especialmente claro que no pueden seguir imitando el modelo de negocio de Intel.

El año pasado sufrieron un duro golpe y las ventas de la industria japonesa de semiconductores sólo alcanzaron un 21% del volumen mundial de negocio, que iSuppli valora en 166.328 millones de euros.

El cambio de estrategia lo ha marcado la radical decisión de Toshiba de dejar de producir los chips de memoria más básicos (DRAM). También NEC e Hitachi pretenden concentrarse en el desarrollo de dispositivos más sofisticados.

Esta decisión parece rendir sus frutos, porque, mientras los fabricantes estadounidenses han rebajado a la mitad su previsión de crecimiento para este año, que estiman en un 3%, los japoneses prevén aumentar su negocio un 8,8%.

Siguiendo esta estrategia, Toshiba anunció en agosto su alianza con Sony y la estadounidense IBM para conseguir abaratar los costes de desarrollo de microprocesadores de alto rendimiento y para la construcción del diminuto procesador Cell. Este integrará un circuito en un espacio que ocupa la milésima parte del volumen de un cabello humano y se utilizará en la nueva consola Playstation 3.

En esta misma línea tecnológica se mueve Intel, que ayer anunció que la próxima semana revelará sus planes de desarrollo de chips de última generación, para lo que acaba de aliarse con la holandesa Philips. Esta última, a su vez, forjó en agosto una alianza con el mismo propósito con ST Microelectronics y Motorola.

Intel también informó de que ha vendido su división de soluciones informáticas a Landesk Acqusition, sociedad conjunta de Vector Capital y VSpring Capital.

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