Rato estrena el nuevo curso con un mensaje en clave de política nacional
Los parlamentarios asistentes al acto organizado por la dirección del partido recibieron a comienzos de esta semana la convocatoria con cierta curiosidad, ante la posibilidad de que el vicepresidente diera públicamente un primer paso en su posible postulación como candidato a la sucesión. Los que finalmente asistieron, menos de los esperados por los convocantes, echaron en falta alguna frase, aunque fuera sutil, de Rodrigo Rato aludiendo al futuro cartel electoral, si bien anotaron como un hecho significativo que la mayor parte de su discurso transcurriera por derroteros puramente políticos con un esquema similar al empleado el pasado lunes por José María Aznar ante el comité ejecutivo del PP.
El vicepresidente comenzó por subrayar la importancia que tiene para su partido el actual curso político y la trascendencia especial que concede a las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Tanto es así que emplazó al PP a volcarse en los preparativos de estos comicios, 'pues nuestro objetivo debe ser ganarlos en toda España'. El PP, añadió Rato, tiene la ventaja sobre el PSOE de que 'puede lanzar el mismo mensaje' en las distintas circunscripciones.
El vicepresidente destacó también el proceso abierto desde el Gobierno para conseguir la ilegalización de Batasuna y recordó que la lucha contra ETA seguirá presidida por el respeto a la ley. En su opinión, ahora toca a los jueces 'la defensa de la democracia'. Rato valoró la forma en que la policía autónoma vasca ha cumplido el auto del juez Baltasar Garzón con la clausura de las sedes de la coalición aberzale.
El vicepresidente pasó revista después a la reforma educativa y universitaria, a la política de ayuda al desarrollo, al problema de inseguridad ciudadana y al de la inmigración. En todas estas áreas criticó la actitud del PSOE, partido que, a su juicio, se rige por una permanente falta de criterio y de alternativas a la hora de ejercitar su tarea de oposición.
Rato sólo abordó de refilón la coyuntura económica, el mismo día en el que se conoció que el paro registrado subió en agosto en 3.553 personas situándose el total de desempleados en el 8,5% de la población activa. Fue entonces cuando realizó varias menciones a la herencia recibida de la etapa de gobierno socialista y advirtió que el Ejecutivo continuará promoviendo reformas, aunque éstas no obtengan el acuerdo deseado. 'No nos quedaremos quietos', aseveró.
Sin recortes sociales
El vicepresidente llamó a su partido a defender sin complejos la política practicada desde 1996, exenta, dijo, de recortes sociales. Gracias a ella, abundó, han desaparecido riesgos como el de la quiebra de la Seguridad Social. En este capítulo recordó las reformas laborales acometidas desde Trabajo y elogió al actual titular de Administraciones Públicas y secretario general del PP, Javier Arenas, así como al ex ministro Juan Carlos Aparicio. El vicepresidente sólo esbozó una leve autocrítica al hablar de la alta temporalidad en la contratación, otra herencia recibida, a su juicio, del PSOE 'que no hemos sabido dominar'. Pese a ello, señaló, 'hemos acabado con los contratos basura y conseguido que incluso los empleos que duran cinco días tengan derechos sociales'.
Rato se refirió a la reforma fiscal que prepara Hacienda y que tendrá como consecuencia 'que paguen más los que más tienen'. Previno del riesgo que puede acarrear la alternativa del PSOE si finalmente supone un aumento de impuestos para las pequeñas y las medianas empresas, sobre todo por las consecuencias que tendría para el empleo. También recordó la próxima eliminación del impuesto de actividades económicas, aunque eludió precisar con qué se compensará.