Televisión digital terrestre. Pura entelequia
Oficialmente hay emisiones desde abril. En la práctica, las cadenas no ofrecen programas diferenciados en este formato y en las tiendas no hay descodificadores. Un círculo vicioso difícil de romper
La llegada de la televisión digital terrestre (TDT) se retrasa. El anuncio del apagón analógico para 2012 generó expectativas que, lejos de cumplirse, suman gastos difíciles de amortizar. Aunque desde abril el Gobierno obliga a las entidades con licencia para emitir en digital, TVE, Tele 5, Antena 3, Canal Plus, Veo Televisión y Net TV (estas dos últimas, desde julio), a difundir su programación también en este formato, los contenidos no se han enriquecido y carecen de público.
Sólo unos 200.000 abonados de la desaparecida Quiero TV disponen de descodificador y éste no se basa en el estándar que el sector ha decidido adoptar, el MHP (Plataforma Multimedia del Hogar). Este mes, industria y Administración se vuelven a reunir con la intención de dar los pasos necesarios para impulsar el incierto negocio digital terrestre.
El reto consiste en romper el círculo vicioso que se sustenta entre la falta de oferta y la escasez de público. El objetivo es que 13 millones de hogares españoles se decidan a adquirir receptores digitales. Para ello, la industria exige al Gobierno más espacio radioeléctrico (ancho de banda) sobre el que concebir una oferta verdaderamente atractiva. El tema ya se ha debatido, pero no solventado, en el Foro de la TDT -que enlaza al Ministerio de Ciencia y Tecnología con operadores y fabricantes Sogecable, Antena 3, Gestevisión-Telecinco, Televisión Española, Philips y Sony y la patronal Aniel-, que se reúne de nuevo este mes. 'Hay que hacer una carretera y ahora sólo disponemos de un camino estrecho en el que no cabemos', protesta Jesús Casado, responsable de marketing de nuevas tecnologías de Philips Ibérica. Las cinco cadenas nacionales comparten por ley un multiplex (canal múltiple) mientras lo idóneo, según ellos, sería disponer de un multiplex para cada uno, compuesto por cuatro canales por donde difundir cuatro programaciones de calidad, unas en abierto y otras de pago. Hay que resolver, además, el mapa de coberturas -pospuesto desde abril- así como el posible reparto del espacio que Quiero TV ha dejado sin dueño.
Este mes se volverá a reunir el Foro de la Televisión Digital Terrestre compuesto por Gobierno, cadenas de televisión y fabricantes
La respuesta del Ministerio de Ciencia y Tecnología a estas demandas se resume en la intención de 'ampliar el espacio según se vaya necesitando' y, actualmente, revisa la legislación audiovisual para 'eliminar los posibles obstáculos al desarrollo de la TDT', señala un portavoz oficial del ministerio. Así, se ha presentado ya un anteproyecto de Ley General de Telecomunicaciones y existe un borrador de anteproyecto de Ley General de Televisión 'que terminará con la dispersión normativa y hará posible el pleno desarrollo de la televisión digital', asegura el mismo portavoz.
Ante el impasse de las emisoras y el Gobierno, a la industria electrónica sólo le queda tomar posición para lanzar su oferta cuando el público lo demande. 'No vamos a quedarnos los últimos, pero para poner un producto en el mercado, necesitamos que la oferta de contenidos esté lista', explica el responsable de Philips; 'el consumidor no comprará un dispositivo que no le reporte beneficios'. Para Casado la premisa es 'resolver el problema del espacio radioeléctrico y confiamos en que haya pasos para que la situación avance de aquí a final de año'. Esta posición expectante ha cosechado críticas por parte de las emisoras, que demandan receptores MHP en el mercado a precios asequibles para animar la compra. Andrés Casasnovas, responsable de marketing de televisión digital de Sony España, tiene un punto de vista diferente: 'El boom depende de las cadenas de televisión; en cuanto ofrezcan contenidos atractivos iremos lanzando los productos'.
Si algo tiene a su favor la nueva señal televisiva es poder utilizar gran parte de la infraestructura existente. Al emplear los mismos canales radioeléctricos, comprimiendo la señal, no es necesario renovar las antenas, en la mayoría de los casos, aunque a veces se requieren ajustes y marcas como Alcad, Televés o Fagor ya están preparando nuevas antenas.
En general, el usuario sólo ha de adquirir un descodificador cuyo precio ronda actualmente los 500 euros, aunque, según el ministerio, en dos o tres años no deberían superar los 200 euros. La posibilidad de subvencionar los equipos, como hace Italia con 150 euros por familia, queda descartada actualmente en España. Los modelos disponibles en el mercado sólo dejan ver programas en abierto (para lo que no es necesario el estándar MHP). Así, el usuario no puede permitirse el lujo de adquirir un receptor que cuando se desarrollen programas de pago no le sirva. Estos dispositivos, que sí han de utilizar el MHP, son aún muy escasos y la industria se ha marcado como objetivo hacerlos válidos para cualquier operador terrestre.
Para el usuario, lo idóneo sería que este mismo receptor permitiera también ver los programas a los que se abone ofrecidos por las emisoras de satélite y cable, algo en lo que la Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (Aniel) está trabajando: 'La integración con los canales satélite está bastante avanzada, pero a ellos les toca decidir si les beneficia, cuando ya cuentan con abonados', explica Edmundo Fernández Puértolas, subdirector de Aniel. 'Sin embargo, que el mismo descodificador sirva para la tele por cable es algo muy improbable al ser tecnologías distintas'.
Estos receptores del porvenir son el hermano pobre de lo que los fabricantes dibujan como la auténtica experiencia digital: los televisores integrados que incorporan el descodificador. æpermil;ste dispone de una ranura para la tarjeta de abonado y fabricantes como Sony, Philips o Panasonic, prevén su lanzamiento en 2003, bajo el estándar MHP. Philips comenzará por los modelos básicos la próxima primavera dejando para más adelante la gama alta, apta para recibir los servicios que promete la TDT: correo electrónico, interactividad o servicios Internet. Sony, por el contrario, seguirá el modelo de Finlandia, con grandes panorámicos de 32 y 36 pulgadas que espera sacar a finales de año. Y pareja a la suerte de estos productos correrá la del DVD, compañero idóneo que ya suplanta en la estantería al reproductor VHS.
Según un reciente informe de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), que asegura que la TDT estará presente en Europa antes de 2005, el éxito de este proceso se vincula estrechamente al abaratamiento de los descodificadores y a una sólida oferta de canales en abierto. Además, los analistas aseguran que ni la interactividad ni el acceso a Internet desde el televisor son suficientes para decidir a una familia por esta tecnología. La calidad audiovisual y algunos servicios de Internet de utilidad como el telebanco o la telecompra sí pueden inclinar la balanza. 'Afortunadamente, Quiero se definió como plataforma de pago y no como la TDT que era, lo que, al menos, no ha dañado la imagen de la TDT asociándola a un fracaso', analiza Jesús Casado. Si tenemos en cuenta que, hasta ahora, las familias interesadas en la televisión digital de pago por satélite y cable no superan el 20% de los hogares -unos 2,3 millones-, no es posible aventurar que este porcentaje se acelere sustancialmente en los próximos años. Los expertos apuntan a un futuro marcado por la televisión digital terrestre gratuita, con aproximadamente el 25% de las familias abonadas a canales o programas de pago, por satélite, cable o terrestre.
Y si el despliegue es lento a escala nacional, en el terreno autonómico el retraso está siendo aun más marcado. Sólo las comunidades de Madrid, La Rioja y Cataluña están haciendo pruebas de emisión y Navarra prepara el concurso de licencias. 'El usuario espera más contenidos y servicios y de mayor calidad y las cadenas regionales no tienen capacidad para ello', asegura Jesús Casado. Con la malograda referencia de Quiero a las espaldas, tampoco las nuevas cadenas en abierto están dispuestas a tirar del carro. Net TV, participada mayoritariamente por el grupo Correo-Prensa Española, se limita a emitir unas horas de vídeos musicales, mientras Veo Televisión, de Recoletos, difunde el canal de Expansión TV. Ninguna está por la labor de realizar grandes inversiones en una televisión que no suscita el interés del público. Tratando de paliar la situación el Gobierno obligará por decreto a que toda nueva vivienda cuente con acceso a estas dos cadenas.
Pero Quiero TV no ha sido la única experiencia fallida en Europa. La desaparición de la británica ITV Digital -que representaba el 80% del millón y medio de abonados europeos a la TDT- ha reducido la experiencia de pago a Suecia y Finlandia. Para favorecer la difusión de contenidos en toda Europa es indispensable emplear el mismo estándar y, hoy por hoy, sólo España, Finlandia, Italia y Reino Unido se han acogido al MHP. Según el citado estudio de la UER, los países más preparados para lanzar TDT son Holanda, Portugal, Francia y Alemania, que estarán a punto dentro de un año y medio. Y añade el informe que las causas del fracaso de ITV Digital y Quiero se centran en sus arriesgados planes de negocio para competir con el resto de las televisiones de pago. Además advierte que las previsiones de los Gobiernos para el apagón analógico no se corresponden con expectativas reales de mercado, más en el caso de los Estados que no fomentan la renovación del parque de televisores actual (unos 22 millones en el caso español).
Radios digitales enormes y a 900 euros
El sonido de mayor calidad en la historia de la radio, el DAB (Digital Audio Broadcasting), ya está disponible para el 50% de la población española, pero casi nadie la escucha. La raíz es la falta de receptores a precio asequible y la carencia de contenidos nuevos y atractivos.
Los radioyentes han de adquirir un nuevo receptor y los modelos tienen el tamaño de un equipo de vídeo y rondan los 900 euros. El Foro de la Radio Digital calcula que sólo se han vendido unos 1.000. El estancamiento actual contrasta con el entusiasmo y esfuerzo realizados al principio, cuando España se apuntó el tanto de ser pionera en regular e impulsar el desarrollo de la radiodifusión digital. Los 13 operadores que consiguieron la licencia, entre ellos Cope Digital, Intereconomía, Onda Cero, Onda Rambla, Quiero Radio, Radio España, Radio Marca, RNE y SER Digital, comenzaron las emisiones a finales de 2000. A pesar de la inversión inicial y de los costes de emisión de la señal (unos 240.404 euros al año), sus contenidos no suponen ninguna novedad.
La radio digital se define como la transmisión convencional de contenidos radiofónicos a través de tecnologías digitales. Las ventajas de partida de esta tecnología son numerosas: alta calidad, sonido libre de interferencias o frecuencia única en toda España.
Escapar de este estancamiento es la misión del Foro de la Radio Digital, que aúna radiodifusores públicos y privados, operadores de redes y fabricantes de emisores y receptores. Sus demandas se están centrando en solicitar, tanto al Ministerio de Ciencia y Tecnología como a la UE una plan de subvenciones para los fabricantes, con el objetivo de que puedan lanzar al mercado equipos a buen precio. Otra de las posibilidades que plantean es la concesión de licencias a todos los operadores actuales, de forma que también ellos emitan su programación con esta nueva tecnología.
Según las estimaciones de los expertos, en los próximos tres años, la cobertura de la radio digital alcanzará el 80% de la población. Estos analistas calculan que la extensión definitiva de este formato no se producirá antes de 10 años.