Las bodegas de Cariñena invierten 3,7 millones
Un millar de pequeñas y medianas empresas del sector vitícola integradas en la Denominación de Origen Cariñena invertirán 3,7 millones de euros en tres planes de reestructuración, reconversión y modernización de 3.800 hectáreas de viñedo.
Las actuaciones, que se llevarán a cabo en los próximos cinco años, se centrarán básicamente en el arranque de cepas y su sustitución por nuevas variedades, así como en la puesta en marcha de nuevas plantaciones que faciliten técnicas de cultivo de mayor efectividad y mejores rendimientos. Con este objetivo, el Consejo Regulador ha autorizado el cultivo y elaboración de tres nuevas variedades de uva (merlot, syrah y chardonnay) para ampliar su oferta.
Cariñena ha protagonizado, en los últimos cinco años, una espectacular progresión en sus ventas. En este reducido espacio de tiempo, las bodegas de la denominación de origen aragonesa han pasado de 6 a 24 millones de botellas.
El éxito de Cariñena (que está siendo compartido, aunque en proporciones menos espectaculares, por las otras tres denominaciones aragonesas: Calatayud, Campo de Borja y Somontano) ha venido impulsado por la creación de vinos innovadores, que han logrado una gran aceptación en el mercado. También han jugado a su favor los fuertes incrementos de precio aplicados por La Rioja y Navarra en la campaña de 1999. Mientras en el pasado 2000, el precio medio del rioja del año se situó en torno a los tres euros, los de Cariñena cotizaron en el filo de los dos euros. Una diferencia demasiado abultada como para no ser percibida por los consumidores.
La fuerte recuperación en las ventas experimentada por los vinos de Rioja en lo que va de año supone todo un reto para Cariñena. Sin embargo, las pymes de la denominación aragonesa aseguran no estar dispuestas a caer en la tentación de desatar una guerra de precios a costa de deteriorar la imagen de calidad de sus marcas.