Una demanda acusa a Andersen de rebajar el valor de Banco Excel antes de su venta a BBVA
Un grupo de inversores brasileños, encabezado por la familia del ex banquero Ezequiel Nasser, presentó ayer miércoles una demanda ante el Tribunal del Distrito Sur de Nueva York contra Arthur Andersen Worldwide, en la que acusa a la auditora de, según reza la querella, conspirar junto a Banco Bilbao Vizcaya (BBV), para adquirir con medios ilegales el Banco Excel Económico de Sao Paulo en 1998. BBV contrató entonces a Andersen para que auditara las cuentas de la entidad brasileña, controlada en aquel entonces por la familia Nasser, durante el proceso de compra.
La demanda ha sido interpuesta por la firma de abogados Srour Fischer Mandel LLP amparándose en la ley federal de crimen organizado RICO, por sus siglas en inglés, aprobada en los años 80 por el Congreso de EEUU. En concreto, denuncian que los consultores de Andersen devaluaron deliberadamente el valor neto de los activos de Excel para reducir así el precio que tenía que pagar el BBVA, que en esos años todavía no se había fusionado con el Banco Argentaria. Mientras que el auditor de Excel, Deloitte Touche Tothmatsu, valoró los activos netos en 535,9 millones de reales (173,4 millones de dólares), Andersen realizó un informe estimando que Excel tenía un nivel de insolvencia de más de 500 millones de dólares.
La parte de la demanda alega que el BBV ofreció sólo un real por la compra de Excel y que dos funcionarios del Banco Central de Brasil presionaron a los inversores para que vendieran sin oponerse. Estos funcionarios del Banco Central del Brasil, según se explica en la demanda, dieron un ultimátum a los inversores en el sentido de que, si no vendían los activos por un real, intervendrían y liquidarían la entidad bancaria Excel.
El 21 de julio de 1998, el Banco Bilbao Vizcaya firmó un contrato para la compra del 55,45% del Excel Económico de Brasil, una institución financiera resultado de una operación realizada en 1994 para salvar de la quiebra al Banco Económico, intervenido por el Estado brasileño y adquirido después por Excel. Entonces, la prensa brasileña reveló que el BBV había adquirido el control del Excel Económico por el valor simbólico de un real (0,85 dólares en esa época) debido al exceso de créditos vencidos, pero oficialmente nunca se reveló el precio de la operación.
Los directivos del banco español explicaron en ese momento que la operación requería una inversión de 450 millones de dólares, incluida la capitalización de Excel, y poco después de cerrarse la compra el Consejo Monetario Nacional de Brasil autorizó al banco español a asumir hasta el 100% del capital volante.
Los demandantes solicitan al juez encargado del caso, Denny Chin, una compensación económica por daños y perjuicios de unos 350 millones de dólares, alegando que la adquisición del Excel por el BBVA se efectuó de forma fraudulenta gracias al importante papel que jugó la tasación a la baja que hizo Andersen y la presión de funcionarios del Banco Central para que los inversores vendieran sin oponerse.
"Intento oportunista"
El BBVA considera que la denuncia presentada contra Andersen, por una operación vinculada al banco en Brasil, es un intento "oportunista y burdo" de aprovechar la situación que esta firma auditora atraviesa en Estados Unidos, según dijo un portavoz de la entidad. Igualmente, el banco señala que los "hechos e imputaciones que se realizan en la demanda respecto a BBVA son falsos", por lo que esta entidad ha instruido a sus servicios jurídicos para que ejerciten todas las acciones que resulten oportunas en defensa de sus intereses.
Según el BBVA, los denunciantes se enfrentan actualmente a "acusaciones de fraude contable, desvíos de recursos y gestión fraudulenta" por parte del Ministerio Público Brasileño, a raíz de las inspecciones que realizó el Banco Central de aquel país antes de la entrada del BBV. Para el banco, esta demanda "no parece sino un intento oportunista y burdo de aprovechar la situación judicial que la compañía demandada atraviesa en Estados Unidos". Así, los denunciantes pretenderían, "mediante la presentación de una versión radicalmente falsa de hechos ocurridos en 1998", involucrar a los altos funcionarios del Banco Central de Brasil y al propio BBVA para "tratar de conseguir una compensación económica".