El negocio exterior baja del 27,4% al 23,2% en el balance de la banca
La crisis en Argentina y el frenazo en la expansión en Latinoamérica, después de las adquisiciones realizadas en 2000, provocó el año pasado un cambio considerable en la estructura del balance de los grupos consolidados. El espectacular crecimiento de la actividad extranjera en 2000, sobre todo en Latinoamérica, se frenó en 2001 y el peso del negocio foráneo en el balance total de las entidades de crédito pasó de un 27,4% del total al 23,2%, según datos del Banco de España. Entre 1999 y 2000, el crecimiento fue de más de siete puntos porcentuales, al pasar del 20% al 27%.
La reducción del negocio exterior incidió sobre todo en los créditos (-7%) y en la cartera de renta fija, tanto pública (-18%), afectada por las renegociaciones de deuda argentina, como privada (-21%).
Estos conceptos evolucionaron mejor en el mercado doméstico, por lo que considerado globalmente (actividad doméstica y exterior) el año pasado no se percibió la ralentización.
Así, los préstamos y créditos representaban en 2000 un 79,1% del balance en el negocio en España y llegaron al 82,3% en 2001, mientras que en exterior esta actividad crediticia pasó de representar un 20,9% en 2000 al 17,7% en 2001, de acuerdo con la información del Banco de España.
El supervisor explica que si se prescinde de la actividad transfronteriza y se atiende únicamente a la local desarrollada por las filiales y sucursales con presencia física en el exterior se observa claramente el grado de concentración geográfica de los grupos consolidados. De hecho, dos tercios de los activos y pasivos financieros y casi el 85% de los fondos gestionados corresponden a América Latina. Entre las restantes áreas, la Unión Europea tiene mayor importancia como destino de las inversiones y en los últimos tres años muestra un progresivo crecimiento.
El resto de áreas como EE UU, Japón o Suiza tienen mayor importancia como fuente de financiación.
Así, de un balance total de 1.459.250 millones de euros al finalizar 2001, 338.932 millones proceden del exterior; y de esta cifra, 170.312 millones de euros, de Latinoamérica, frente a 54.154 millones de la Unión Europea.
Lógicamente, la actividad exterior de los grupos consolidados en España depende casi en exclusiva de los dos mayores, BBVA y Santander Central Hispano, los únicos con intereses significativos fuera del mercado interno.
Ambos esperan este año que se reduzca aún más el peso del negocio exterior, tanto en su balance como en sus resultados, como consecuencia de la paralización del sistema financiero en Argentina y la incertidumbre en Brasil.
En el caso del Santander Central Hispano, Latinoamérica ha sido la división que peor comportamiento tuvo en el primer semestre del año, afectada por la depreciación de las divisas y la debilidad macroeconómica de la zona.
Prima de riesgo
Además de los problemas en Argentina, los resultados de Brasil, país que representa en torno al 43% de los beneficios del grupo en la región, se vieron penalizados no sólo por la depreciación del real brasileño, sino también por el incremento de la prima de riesgo, que supuso unas pérdidas de 195 millones de euros en sus operaciones financieras. En México, además, el margen de explotación comenzó a reflejar el amplio recorte de los tipos de interés registrado en el país. Con todo, Latinoamérica redujo desde el 48% que representaba hace un año al 36,6% su aportación a los resultados del grupo, según la estimación realizada por analistas de Norbolsa.
Como el Santander, el BBVA ha construido en los últimos años una potente franquicia latinoamericana. En la actualidad alrededor de un tercio del activo del grupo está ya ubicado en la región. El año 2000 fue clave para el impulso del grupo en la zona, con la toma de control de Bancomer y su fusión con la filial del grupo BBVA en México. El grupo ganó 322 millones de euros en Latinoamérica el primer semestre, de los que 214 millones procedieron de México. æpermil;ste es el país donde el grupo tiene las máximas aspiraciones, con un objetivo de aumento del beneficio del 15% para el año, cinco puntos por encima del objetivo medio para el conjunto de la región.
Pautas para evitar riesgos en la internacionalización
La internacionalización de la banca ha supuesto un gran cambio en el perfil de sus riesgos y la necesidad de adoptar medidas para prevenir que la posibilidad de crisis de cualquiera de las entidades de un grupo consolidado desencadene efectos indeseables para sus bancos matrices y sus grupos y, por extensión, para la estabilidad del sistema bancario español.
En este contexto se entiende el malestar provocado entre los bancos que operan en Argentina por el proyecto aprobado en el Senado que extiende la responsabilidad de las filiales a sus casas matrices, al obligar a éstas a cubrir con su patrimonio los depósitos locales. Tal norma, que probablemente no llegará a entrar en vigor, choca de lleno con las prácticas actuales y la doctrina del Banco de España, formulada en julio en la Memoria de Supervisión Bancaria.
Así, en el marco de buenas prácticas definido por el supervisor se habla de autonomía financiera. Esto es, cada entidad de crédito filial de un grupo bancario español debe ser independiente financieramente de la matriz y, por tanto, gestionar su financiación y su liquidez con autonomía. O o lo que es lo mismo, cada entidad debe recurrir a la financiación del mercado y pagar la prima de riesgo de su situación individual.
Las situaciones de crisis muestran también la importancia de la liquidez en la gestión bancaria y ponen a prueba los mecanismos diseñados para su control. Por ello, el Banco de España pide a los grupos que diseñen planes adecuados de contingencias sobre su posición en las divisas que opera.
Reclama asimismo que los grupos bancarios con actividad en el exterior sigan una política de máxima prudencia, amortizando aceleradamente los fondos de comercio y constituyendo provisiones que puedan amortiguar los quebrantos derivados de acontecimientos no previstos. Además sugiere que se refuerce el importe, la calidad y la estructura de los recursos propios del grupo.