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Agricultura

Los agricultores prevén un descenso del 40% en la producción de aceite

Los olivos están exhaustos: después de varias campañas casi consecutivas produciendo a toda máquina hasta alcanzar otras tantas cosechas históricas, llegan sin apenas resuello a la nueva temporada aceitera (noviembre 2002-octubre 2003), en la que moderarán su fogosidad y sólo aportarán, aproximadamente, la mitad de la producción que generaron el pasado año.

¿La causa? Las nuevas técnicas de cultivo están distorsionando el fenómeno de la vecería, literalmente, 'alternativa de buenas y malas cosechas en la producción de aceite'. Si antes a una buena campaña aceitunera seguía, irremisiblemente, una mala, ahora, la incorporación del riego por goteo, el adelanto de la recolección y las nuevas prácticas agrarias en el olivar están suavizando los efectos de la vecería y ésta aparece con mucha menor frecuencia y mucha menor intensidad.

Pero esta nueva campaña toca, y por tanto, de 1,4 millones de toneladas de aceite producidas en la pasada campaña pasaremos a 840.000, según el sindicato agrario Asaja, 850.000 según COAG, o a una horquilla de entre 700.000 y 900.000 según UPA.

Sin embargo, a pesar de la caída productiva, ésta será una cosecha normal. O dicho de otra manera, las anteriores han sido extraordinarias: salvo la campaña 99-00 que se desarrolló en medio de una sequía histórica, todas las cosechas de los últimos cinco años han bordeado el millón de toneladas e incluso dos de ellas (97-98 y 01-02) lo sobrepasaron con creces.

Tanto aceite llegó a estrangular por completo un mercado que gozaba de muy buena salud mientras las producciones eran más moderadas. De hecho, los olivareros tradicionales culpan al olivar industrial, cultivado por agricultores no profesionales y altamente tecnificado de los repuntes de la producción. En ese momento, los precios llegaron a caer casi un 50% (de 2,88 a 1,68 euros), la exportación no funcionaba y el consumo interno también terminó resintiéndose.

Dos años después de ese escenario, el mercado aceitero ha experimentado una ligera mejoría ('sólo gracias a que los precios están por los suelos y no a otras medidas que debería haber tomado la Administración', aclara el responsable aceitero de Upa, Agustín Rodríguez). Los precios caminan hacia una recuperación (1,86 euros de media, en origen) y tanto la exportación como el consumo interno también han crecido hasta la 600.000 y 550.00 toneladas respectivamente.

Por tanto, aunque esta caída productiva perjudicará inevitablemente a la renta de los olivareros, todos coinciden en que puede beneficiar sin embargo al mercado: las existencias de aceite terminarán saliendo y los precios tenderán inevitablemente al alza.

Caídas del 20% en vino

Por otra parte, el mal comportamiento climatológico de la primavera y el verano también arrastrará hacia abajo a la producción vinícola de la próxima campaña (del 1 de agosto al 1 de julio), entre un 15 y un 20%, según cálculos del Ministerio de Agricultura.

La sequía ha afectado especialmente a importantes zonas vinateras como Aragón, Andalucía, Navarra o Valencia. Así, la cosecha de uva generó el pasado año 35 millones de hectolitros de vino, mientras que este año a penas se sobrepasarán los 30 millones.

En opinión del ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, esta caída supondrá un ajuste entre oferta y demanda que tenderá a resolver las caídas de precios que lleva experimentando el sector a lo largo de los últimos ejercicios. Cañete cree que esta menor producción, unida a las destilaciones subvencionadas por la Unión Europea, permitirá unas existencias garantes de precios estables para los agricultores.

Los vinos españoles a granel (los de calidad amparados por denominaciones de origen suponen sólo un 25%) arrastran una caída continua de precios desde hace varias campañas, lo que ha movido a los cosecheros a pedir soluciones urgentes para evitar la ruina del sector.

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