El negocio del voto por teléfono móvil
Un usuario de telefonía móvil envía una media de 35 mensajes cortos al mes. Los medios de comunicación y las teleoperadoras han encontrado en la posibilidad de votar a través del móvil un negocio muy rentable
Los expertos en Internet utilizan la expresión aplicación asesina para designar a un programa o un servicio de las nuevas tecnologías que capta el interés del público hasta el extremo de que empieza a utilizarlo de forma masiva. El problema es que a priori los expertos nunca adivinan qué servicio va a convertirse en una de esas aplicaciones rompedoras. Un buen ejemplo de esta situación es lo que ha ocurrido con los mensajes cortos, también llamados SMS, que permiten enviar un texto de 160 caracteres a través de un teléfono móvil a otro, a un coste de 0,15 euros, pero nadie sospechó el éxito que empezó a tener hace apenas dos años.
En 1999 Telefónica, Vodafone y Amena no ingresaron ni una sola peseta por este servicio, pero el año pasado ya se enviaron en España 10.000 millones de mensajes. De los 27 millones de líneas móviles que hay en el país, se considera que unos 22 millones están en activo, lo que supone una media de 35 mensajes al mes por usuario, con una clara desproporción a favor de los adolescentes. En cualquier caso, los mensajes cortos suponen en la actualidad el 12% de los ingresos de las tres operadoras. Entre estos ingresos empiezan a tener cada vez más importancia los mensajes que los usuarios envían para recibir a cambio una melodía, un logo o un juego, o para votar en concursos de televisión, radio o prensa.
Este tipo de mensaje se denomina premium y se diferencia que aportan un valor añadido a cambio del envío del mensaje. El valor añadido eleva el coste del mensaje de 0,15 a 0,9 euros en la mayoría de los casos. Pero así como los ingresos del mensaje de texto entre usuarios va íntegramente a las operadoras, en el caso de los mensajes premium intervienen en el reparto las empresas que suministran el contenido (logo, sintonía o juego) o que gestionan los mensajes que los usuarios envían a los concursos.
De los 0,9 euros, la operadora móvil se lleva un 50% y el otro 50% se reparte entre el medio de comunicación que organiza el concurso y las empresas proveedoras del contenido. Estas empresas han convertido lo que comenzó siendo una alternativa barata a la llamada en un buen negocio.
Las primeras empresas de contenidos para móviles nacieron en España a principios del año pasado y en la actualidad hay ya cerca de cuarenta. En un principio se dedicaron a ofrecer contenidos diseñados especialmente para los terminales móviles como los logos o las sintonías, pero el negocio que mayor crecimiento está experimentando es el de los concursos de televisión. Este mercado resulta muy interesante pues el envío de mensajes se puede realizar desde cualquier móvil, mientras que no más del 35% de los terminales actuales permiten la descargas de tonos o logos.
Uno de los primeros en vislumbrar las posibilidades de los mensajes cortos fue Antena 3, que empezó a ofrecer estos concursos en marzo del año pasado, con la creación la empresa Contxta. En abril, lo hizo Telecinco, en este caso a través de la compañía GSMBox, de la que tiene el 45%.
Desde entonces muchas cadenas de televisión y otros medios, como algunos periódicos, han desarrollado algún concurso, votación o sistema que además da la sensación de interactividad al espectador o lector. La cumbre de la popularidad de los votos a través del teléfono móvil se logró durante la emisión del programa Operación Triunfo en Televisión Española, a principios de este año. El tráfico de SMS que se alcanzó en algunas noches permitía a las operadoras recaudar por este servicio casi tanto como en un mes normal. En la semana final, Operación Triunfo recibió 1.100.000 mensajes de telespectadores.
Movilisto es la empresa de servicios de móviles que gestionaba las votaciones a través de móvil de este programa. Nació en abril del año pasado, y hoy tiene el 50% del mercado de la gestión de los mensajes recibidos por los programas de televisión. Esta empresa también ha gestionado algunas votaciones de Gran Hermano o Crónicas Marcianas, emitidos en Telecinco, a pesar de que esta cadena tiene participación en GSM Box.
El sistema de funcionamiento de las votaciones es, en cuanto a tecnología, simple. El usuario envía los mensajes a través de cualquiera de las operadoras de telefonía móvil. Telefónica, Vodafone y Amena los envían a un servidor central de la empresa gestora, Movilisto en el caso de Operación Triunfo. Según explica De la Cierva, el servidor central de su compañía cuenta con 12 ordenadores en línea, que pueden llegar a procesar 500 mensajes por segundo.
Estas cifras trasladan el cuello de botella de la recepción de mensajes a las operadoras, que sólo pueden recibir un máximo de entre 35 o 40 mensajes por segundo. 'Hemos firmado con Telefónica un acuerdo por el que a partir de septiembre aumentarán su capacidad hasta los 100 mensajes por segundo, lo que ampliará nuestra capacidad con las tres operadoras hasta los 200 mensajes por segundo', comenta Gonzalo de la Cierva, su presidente.
Una vez los mensajes han llegado al servidor central entra en escena el programa informático de Movilisto que 'procesa, clasifica, adjudica los mensajes a las categorías que queramos', explica De la Cierva. 'Es una aplicación que en tiempo real va informando del número total de votos y del porcentaje de votos de cada concursante'. Esta información es enviada al sistema informático del cliente, en este caso TVE.
El sistema admite todas las limitaciones posibles, de hecho, a diferencia de las líneas 906, permite saber desde qué número se están enviando los mensajes y se podría limitar el envío de mensajes a uno por número, algo que obviamente no interesa a nadie. 'Con el sistema de mensajes a través del móvil, podemos saber desde qué número votan y cuántas veces. La cuestión es ¿debemos limitar el número de votos o no?', se pregunta De la Cierva.
Esta polémica nació a partir del envío masivo de mensajes a favor de uno de los concursantes de Operación Triunfo, David Bustamante, que le permitió desplazar del tercer lugar a otra de las favoritas. En este sentido, De la Cierva explica que en realidad la votación masiva no tuvo tanta relevancia sobre las votaciones totales. Entendiendo por votación masiva aquellos casos en los que se votaba desde un mismo terminal móvil más de 100 veces al mismo concursante, estos mensajes significaron el 2,3% del total recibido aquella semana. A raíz de la polémica, el entonces director de RTVE, Javier González Ferrari, decidió no permitir el uso del móvil en la elección del concursante que debía representar a España en Eurovisión. En caso de que se generalizara el veto, los ingresos de estas empresas quedarían considerablemente mermados.
Movilisto facturó 10 millones de euros en el año 2001 y espera cerrar este ejercicio con unas ventas de 30 millones de euros. La facturación conjunta de las empresas del sector fue de 90 millones de euros y se espera que este año alcance los 210 millones. A pesar del aumento, según De la Cierva el futuro no va a ser fácil 'porque no hay sitio para todos'.
La tercera generación de telefonía móvil es otra de las grandes esperanzas del sector, pues con ella se extenderán los mensajes multimedia en los que el texto irá acompañado de imágenes y voz. Un nuevo mundo de posibilidades que no se hará realidad al menos hasta 2004.
Un sistema de elección con todas las garantías
La experiencia en ciertos concursos como en Operación Triunfo o la polémica elección de Miss España, en la que los espectadores podían votar cuantas veces deseasen, ha abierto un debate acerca de qué validez tienen estos sistemas de votación.
Las empresas de servicios de móviles se han esforzado por cumplir con todos los requisitos legales y los mismos pasos que los concursos convencionales. Así, en primer lugar, se establecen las bases de participación: de qué fecha a qué fecha son válidos los votos, cuál es el premio, la mecánica de extracción del ganador, cuáles se consideran votos válidos o no, etc., y se llevan a registrar ante notario. A continuación, se elabora una aplicación a la que el notario puede acceder en cualquier momento para observar el flujo de votos. El día de la votación, el notario se encuentra o en las oficinas de la empresa o en las de la productora del programa y, a veces, hasta en el estudio de televisión, donde puede observar en cualquier momento la votación en tiempo real a través de la aplicación informática que procesa y selecciona los mensajes.
En el momento en que se decide el final de las votaciones, él mismo las da por finalizada, y procede a dar por válido el resultado que aparece en ese momento. Después, entre todos los mensajes (a veces también se incluyen las llamadas a 906) procede a hacer la elección del ganador de los premios del público y luego levanta acta de todo el proceso.
Las empresas de servicios de móviles también controlan qué votos serán válidos y cuáles serán nulos. Entre los últimos se encuentran los mensajes que llegan vacíos de texto, los que incluyen frases o aquellos en los que es imposible reconocer el nombre del concursante votado o cualquiera de las opciones por las que debería decantarse el votante.
La elaboración del listado de mensajes válidos es más complicada, porque en ella se incluyen habitualmente todas las variaciones ortográficas incorrectas de la palabra que en teoría debería escribir el usuario del móvil. Gonzalo de la Cierva, presidente de Movilisto, explica que en el caso de Operación Triunfo se incluyeron todas las posibilidades de ortografía errónea de cada uno de los nombres de los concursantes.
Esta misma manga ancha se aplica en las descargas de melodías o logos. Nadie se quedará sin recibir su canción preferida por solicitar superbentas en lugar de superventas.