Japón impone nuevas restricciones en la Bolsa para ayudar a la banca
El Gobierno de Japón decidió ayer imponer nuevas restricciones a las transacciones bursátiles para evitar una mayor caída de la Bolsa y un desequilibrio de los mercados. Las autoridades temen que las fluctuaciones del mercado, provocadas por las ventas a crédito, dañen las condiciones financieras y a la industria, así como a los principales bancos, cuyo capital depende en gran medida del precio de las acciones.
'Las nuevas normas del comercio son uno de los pilares para mejorar la situación de los mercados, de forma que la gente pueda sentir seguridad al hacer inversiones', afirmó el ministro de Servicios Financieros, Hakuo Yanagisawa, quien rechazó las críticas que apuntan a que la medida se ha adoptado para impulsar las acciones.
Las ventas a crédito consisten en tomar prestadas acciones que se venden al mercado con la intención de comprarlas cuando bajen de precio.
El principal índice de la Bolsa japonesa, el Nikkei, se encuentra en los niveles más bajos desde comienzos de los noventa.
Mientras que en Estados Unidos las ventas a crédito son el 10% del total de las transacciones, en Japón ese porcentaje se incrementa hasta el 30%.
La Agencia de Servicios Financieros ya impuso limitaciones a este tipo de transacciones en marzo. Las nuevas reglas limitan el precio al que las firmas de corretaje y otras instituciones financieras pueden vender acciones.
La caída de la Bolsa ha afectado muy negativamente las cuentas de las empresas niponas, provocando el impago de los créditos, principal problema de las entidades financieras del país.
Presupuesto
Por otra parte, el Consejo de Política Económica y Social aprobó ayer un anteproyecto de Ley de Presupuestos para el año fiscal 2003-2004 de 48,1 billones de yenes (408.000 millones de euros) que contempla una reducción del 3% de las obras públicas.
Este recorte es muy inferior al 10% de este año, pese a que el primer ministro, Junichiro Koizumi, abogó por cambiar la extendida práctica de los Gobiernos anteriores de utilizar el gasto público para impulsar la economía.
Japón cuenta por ello con la mayor deuda pública entre el mundo industrializado, un 140% del PIB.
En aras de impulsar el crecimiento, el Gobierno planea rebajar los impuestos más de un billón de yenes (8.500 millones de euros) y retrasar dos años la subida de otros impuestos.