El sistema financiero estadounidense es más sólido que el nipón
Según José Luis Martínez, economista de Citigroup, el único paralelismo que puede establecerse entre Japón y EE UU es cómo a partir de dos puntos de partida muy diferentes puede llegarse a una situación que daña seriamente a los mercados.
En Japón los principales desencadenantes de la crisis fueron una impresionante burbuja inmobiliaria y un sistema financiero con pies de barro. La actual situación de los mercados es, además de la irracionalidad de las valoraciones del sector tecnológico, fruto de una pérdida de confianza hacia la gestión empresarial y las cuentas de las compañías. Ambas han generado un desencanto inversor que ha hundido las Bolsas, pero los analistas se muestran convencidos de las posibilidades de EE UU para salir de hoyo.
Andrés Vázquez, analista de Safei, destaca que tras el estallido de la burbuja en EE UU no se ha producido una crisis de demanda tal y como ocurrió en Japón. Vázquez añade que la escasez de consumo se ha convertido en Japón en un problema estructural acrecentado en los últimos tiempos por un aumento del desempleo. Asimismo, subraya que en EE UU la liquidez del sistema bancario ha estado siempre asegurada.
En este último punto también incide Fernando Gómez, analista de Peta Capital MeesPierson, quien explica que el sistema de conglomerados que existía en Japón hacía muy difícil el control y la medida de los riesgos asumidos por las entidades financieras, lo que produjo una serie de quiebras bancarias que dejaron al descubierto la escasa solidez del sistema financiero nipón. Según los expertos de CSFB, el crédito bancario en EE UU está mucho mejor diversificado (vía titulizaciones y derivados) y es, por tanto, menos vulnerable que en Japón.