Los expertos empiezan a creer que hay luz al final del túnel
En los primeros meses de 2000 reputados analistas hablaban de un Dow Jones a 36.000 puntos o de un Nasdaq a 10.000. Ahora se ha llegado a decir que no hay suelo y algunos de los que veían el Nasdaq barato a 5.000 lo ven caro a 1.300. Los expertos comparan ambas situaciones y en 2000 algunos gestores admitían que no creían en la subida, pero que no podían permitirse evitarla. Ello retrasó el pico de la Bolsa e infló más de la cuenta la burbuja.
Ahora puede suceder algo similar. Las caídas pueden prolongarse por inercia, por puro pánico, mientras los expertos señalan que es hora de comprar. Y, aunque se toque suelo, tampoco quiere eso decir que estén los mercados abocados a una violenta recuperación. Sobre ello hay más dudas. Pero varias casas de Bolsa y comentaristas de mercado habituales hablan de algunas señales positivas.
La Bolsa lleva varias semanas sumida en el pánico, con todo lo que ello conlleva. En el último mes la Bolsa ha registrado 8 de las 10 mayores caídas del año, incluidas las tres más abultadas desde el 11 de septiembre. El volumen de negocio ha repuntado y la volatilidad de los mercados mundiales, marcada por el índice VIX de Chicago, ha superado la registrada tras los atentados del 11 de septiembre. Estos elementos son, según los analistas técnicos, positivos.
Goldman Sachs emitió la semana pesada un sesudo informe de estrategia en el que aún no se atrevía a elevar el peso de las acciones en la cartera recomendada, algo que hizo el 24 de septiembre, cuando los mercados empezaron a rebotar. Pero el informe allanaba el terreno a un próximo cambio de sesgo, que podría ser desatado por nuevos retrocesos. Algunos comentaristas, asimismo, han señalado que los datos de compra de acciones por parte de los directivos de las empresas de EE UU, cifras que son públicas por imperativo legal, son más positivos, y que recompras de acciones como la decidida por Merck son, también, una buena señal.
Adivinar en qué momento hay que comprar es imposible, como también lo es saber hasta dónde llegará el mercado. Pero conviene abrir los oídos cuando suena mar de fondo.
Las constructoras, a contracorriente
Si el mercado está subiendo disparado, el sector construcción es el que menos sube o incluso baja. Cuando la Bolsa pierde más de un 2%, las constructoras caen menos del 0,5% y algunas, como Dragados ayer por la mañana, marcan leves ascensos.
Las costumbres del mercado terminan convirtiéndose en norma y ahora ésta dicta que el dinero que sale de los bancos y, en menor medida, de Telefónica cuando vienen mal dadas va a liquidez y, una pequeña parte, al sector construcción. Esta pequeña parte sirve para que la industria, fuertemente representada en la Bolsa española, actúe de contrapeso.
Había venido registrando un comportamiento como éste desde principios de año. Incluso desde el comienzo de la crisis, en marzo de 2000, las constructoras presentan plusvalías frente al varapalo registrado en el resto del mercado. En julio la tendencia empezó a quebrarse y el sector sufrió caídas. Pero todavía le queda algo de su condición de refugio, algo que los inversores agradecen en épocas como la actual.