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Biotecnología

La Oficina Europea prohíbe por motivos éticos la patente de embriones humanos

La Oficina Europea de Patentes (EPA), con sede en la ciudad alemana de Munich, revocó ayer la controvertida patente EP 695 351, que permitía implícitamente el cultivo de embriones humanos y abría la puerta a la clonación. La patente había sido concedida en diciembre de 1999 a la Universidad de Edimburgo, que a su vez había firmado un contrato exclusivo con la empresa australiana Stem Cell Sciences (SCS) para utilizarla. La patente permitía la producción de células embrionarias animales e, implícitamente, humanas, y abarcaba también el posible cultivo de embriones. Según la EPA, que ha deliberado tres días sobre la cuestión, la Universidad de Edimburgo podrá seguir utilizando la patente, pero deberá excluir de ella a los embriones animales y humanos.

Reinhard Hermann, responsable de la división de la EPA encargada del caso, señaló que la Universidad de Edimburgo ya se había comprometido en abril de 2000 a excluir la manipulación humana de la patente. La universidad tendrá a partir de ahora dos meses para recurrir la decisión de la EPA, añadió.

La EP 695 351 había levantado una oleada de protestas en toda Europa desde que Greenpeace denunciara en 2000 la posibilidad de que pudiera abrir la puerta a la clonación humana. Entre los grupos y organizaciones que se levantaron contra ella están los Gobiernos de Alemania, Italia y Holanda, así como el Partido Verde germano y la Asociación Alemana de Investigadores.

Christoph Then, de Greenpeace, celebró la decisión de la EPA y aseguró que 'creará precedente'. No obstante, Then pidió que las autoridades vayan más allá y demandó la prohibición de todas las patentes que afecten a la manipulación de plantas, hombres y animales y en parte también a sus genes.

La ministra alemana de Justicia, Herta Daeubler-Gmelin, se mostró 'extraordinariamente contenta' por la revocación. 'Con ello se ha dejado claro que los comportamientos para modificar la identidad genética o clonar seres humanos no son patentables', señaló.

Las empresas españolas de biotecnología también se han pronunciado sobre la decisión. Así, el secretario general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), Francisco Bas Mestre, considera que la decisión de la OEP 'es una prueba de que los mecanismos de control funcionan y, por tanto, una buena noticia', aunque 'sin entrar a valorar la legitimidad o no de dicha decisión'.

Sergio Morales, abogado de Garrigues, asegura que la decisión de la OEP es coherente con la legislación que, tanto en España como en el resto de Europa y EE UU, impide utilizar embriones humanos. 'Esto, no obstante, no carece de importancia, ya que en propiedad industrial el aspecto práctico y las resoluciones de cada caso son muy importantes y sirven para interpretar lo legislado.

Por ejemplo, la nueva normativa comunitaria sobre patentabilidad de programas de ordenador responde a una necesidad de armonizar los distintos criterios que en la práctica se estaban siguiendo', señala Morales.

Por su parte, Olga Sánchez y Yolanda Echeverría, del departamento de biotecnología de Clarke, Modet & Co., recuerdan que la directiva europea sobre el tema tardó más de 10 años en aprobarse debido precisamente a la polémica existente en temas tales como la clonación, la patentabilidad del cuerpo humano y el uso de embriones.

Un negocio de 2.400 millones en España

 

Igual que la directiva europea, la flamante ley española de patentes biotecnológicas prohíbe patentar el cuerpo humano, incluida la secuencia del genoma, los procesos de clonación y modificación genética de seres humanos y el uso de embriones para fines comerciales.

 

 

 

 

 

 

 

Como excepción a esta serie de prohibiciones generales, el texto que aprobó el Congreso el pasado mes de abril permite patentar material de origen humano, genético o no, 'siempre que haya sido aislado u obtenido por un procedimiento técnico y sea utilizado para una aplicación nueva o inventiva'.

 

 

 

Además, mantiene la prohibición de patentar variedades vegetales y razas animales, y excluye la patentabilidad de procesos de obtención de animales y vegetales 'que consistan íntegramente en fenómenos naturales como son el cruce y la selección'.

 

 

 

La exposición de motivos de la norma hace especial hincapié en el espectacular despegue económico que el sector biotecnológico ha experimentado en los últimos tiempos y califica este mercado como 'uno de los sectores empresariales con mayor potencial de futuro'. No en vano el negocio de la biotecnología mueve actualmente en España alrededor de 2.400 millones de euros.

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