La compañía Conservas Franco-Españolas amplía las instalaciones
La empresa riojana Conservas Franco-Españolas, dedicada a la elaboración de encurtidos, invertirá tres millones de euros en los próximos dos años para incorporar maquinaria de alta tecnología en controles de calidad y depurar los vertidos de su fábrica, ubicada en el polígono industrial El Sequero, a 10 kilómetros de Logroño.
La compañía acaba de cerrar un plan trienal de inversiones que ha supuesto un desembolso de otros tres millones. Esta dotación se ha destinado a la construcción de un nuevo almacén de etiquetado, la ampliación del laboratorio, la adquisición de cámaras frigoríficas y la instalación de una red de gasificación.
El propietario y director general de Conservas Franco-Españolas, Rafael González, subraya que 'las mejoras tecnológicas están orientadas a conseguir un elevado nivel de calidad de producto'.
La empresa acaba de obtener los certificados ISO 9001, 2000 y 14001, expedidos por la Asociación Española de Normalización (Aenor), 'lo que acredita sus esfuerzos en este ámbito', subraya González.
Conservas Franco-Españolas, fundada en 1987, ha conseguido situarse en el segundo lugar de la clasificación nacional de fabricación de encurtidos, por detrás de la también riojana Comercial Rioverde.
La empresa propiedad de González cuenta con una segunda planta en Albelda de Iregua (La Rioja), especializada en la elaboración de pepinillos y variantes y donde se ubica una comercializadora de importación y exportación. Prevé cerrar el año con unas ventas de 20 millones de euros, con un crecimiento superior al 10%. La fábrica ocupa a 125 trabajadores.
González señala que 'además de la calidad, a la que son particularmente sensibles los consumidores de este tipo de productos, la expansión de la empresa se ha visto impulsada por la articulación de una amplia gama de productos'. Conservas Franco-Españolas produce desde pepinillos pasteurizados, apio y zanahoria, hasta remolacha, guindillas y cebollitas, pasando por una gran variedad de banderillas para aperitivos.
La Rioja ha aprovechado sus buenas condiciones para la producción de materias primas agrícolas para impulsar un sector conservero que ha logrado situarse a la cabeza de España en segmentos como los encurtidos y el champiñón. En el primero de estos ámbitos, las empresas Comercial Rioverde y Conservas Franco-Españolas ocupan los dos primeros puestos del ranking sectorial.