La UE fomenta los planes de acciones a pesar de los escándalos financieros
La fe de la Comisión Europea en la participación de los trabajadores en el capital de las empresas no se ha quebrado por los escándalos contables vividos en EE UU ni con la mala evolución de la Bolsa. Bruselas instó ayer a las autoridades nacionales a incentivar fiscalmente a las empresas para que introduzcan complementos salariales en forma de acciones, opciones sobre acciones y beneficios compartidos.
La Comisión considera que ese tipo de incentivo 'aumenta la productividad y la competitividad' y 'mejora el compromiso y lealtad de la plantilla' hacia la empresa. La comisaria de Empleo, Anna Diamantopoulou, aboga por una generalización de estos instrumento salariales (utilizados sólo en el 50% de las empresas europeas de más de 200 empleados), su extensión a todos los miembros de una plantilla y la eliminación de las barreras fiscales y legales para que las multinacionales puedan ofrecer un mismo sistema en toda la UE.
La propuesta coincide con numerosos llamamientos para contener la concesión de planes de opciones sobre acciones. No pocos culpan a ese mecanismo de haber espoleado una burbuja contable que ha hinchado el valor bursátil de algunas empresas y los pingües beneficios que se habían preparado sus consejos de administración.
Ayer mismo, el comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, aprovechaba su intervención en un foro financiero internacional en París para alertar sobre el problema. 'Los sistemas que recompensan la gestión en base a la evolución de las acciones en lugar de fijar un paquete de remuneración equilibrado corren un claro riesgo de crear incentivos perversos'.
Pero el colapso del gigante energético Enron no ha arredrado a Diamantopoulou. La empresa estadounidense arrastró en su caída gran parte de los fondos de pensiones de sus trabajadores invertidos en su propio valor bursátil. El documento aprobado por la Comisión, presentado ayer en Bruselas, reconoce que 'al menos en ciertos casos ha quedado claro que se podía y debía haber hecho bastante más para proteger a los trabajadores y evitar exponerles a riesgos desmesurados'. La comisaria se apoya precisamente en estos escándalos para lanzar un debate sobre las normas 'indispensables' que deben respetar la participación de los asalariados en los resultados empresariales. El texto aprobado por la Comisión sostiene que la participación de los trabajadores en los beneficios de las empresas no debe valorarse como un coste laboral, 'sino como un factor de productividad'. Bruselas advierte que 'esa participación no puede sustituir al salario'. La Comisión defiende que la participación de los trabajadores sea voluntaria, que toda la plantilla pueda acogerse al modelo, y que la fórmula de recompensa se defina con antelación y exija un compromiso a largo plazo.