La UE abrirá a Marruecos el mercado de hortalizas para venderle cereales
Bruselas, por su parte, pretende negociar mejores condiciones para exportar cereales, leche, carne y oleaginosas.La Unión Europea y Marruecos inician hoy la negociación real para revisar el capítulo agrícola del acuerdo de asociación que mantienen ambas partes, en la que nuevamente vuelve a plantearse la posibilidad de que Bruselas utilice las frutas y hortalizas mediterráneas como moneda de cambio para mejorar el acceso al mercado marroquí de los cultivos continentales.
Bruselas y Rabat han mantenido ya tres reuniones previas para fijar los mecanismos de discusión de los puntos más conflictivos y el calendario de conversaciones, en las cuales Marruecos ha planteado como exigencia irrenunciable el aumento del 44%, hasta 218.000 toneladas, del contingente de exportación de tomate al mercado de la UE fijado en 1996.
Marruecos, que centra todas sus peticiones en el sector de frutas y hortalizas, ha solicitado también a los negociadores comunitarios una mejora de las condiciones de acceso a la UE para las frutas de hueso, fresas y patatas.
Como contrapartida a las exigencias marroquíes, la Comisión Europea pretende obtener de Rabat mejores condiciones para exportar al país magrebí cereales, leche, carne y oleaginosas; cultivos todos ellos típicamente continentales y que, además, como destaca José María Pozancos, secretario general de la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), 'cuentan con importantes ayudas en el marco de la PAC (política agrícola común)'.
Los responsables de Fepex destacan a este respecto como en el anteproyecto de Presupuestos de la Comisión Europea para el año 2003 las ayudas para frutas y hortalizas representan sólo un 3,6% de todo el gasto agrícola, mientras que un 40% se destina a cultivos herbáceos y un 19% a carne de vacuno.
Indignados por la posición comunitaria y preocupados por el silencio del Gobierno español, y en concreto del Ministerio de Agricultura, respecto a las negociaciones, los productores hortofrutícolas españoles, agrupados en Fepex, han acordado su rotunda oposición a ser 'utilizados como moneda de cambio en beneficio de las producciones continentales de países como Francia y Alemania, y a aceptar más concesiones en el sector'.
Amenazan también con organizar movilizaciones a nivel nacional y en las comunidades más directamente afectadas (Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia y Canarias), posición en la que coinciden también las asociaciones de empresas comercializadoras y cooperativas, Coexpfhal y Faeca, y el sindicato de agricultores y ganaderos COAG, que ha expresado su temor a que el Gobierno aproveche la negociación para hacer una reconversión del sector hortofrutícola.
Rabat exige arancel cero para los envíos de tomate
La prioridad de aumentar hasta 218.000 toneladas el contingente de tomate que puede exportar a los mercados de la Unión Europea no es la única exigencia planteada por el Gobierno de Marruecos.
Fuentes comunitarias informan que Rabat pretende también aumentar automáticamente un 5% anual el cupo de tomate, y que una parte de este contingente pueda ser enviado con derecho arancelario cero y un precio de entrada normal, aplicándose un precio reducido para la cantidad restante.
Aunque el Gobierno español no se ha pronunciado oficialmente, si se ha hecho llegar a la Comisión Europea la oposición de Madrid a estas dos últimas peticiones de Rabat, por considerar que harían muy complicado el seguimiento de las exportaciones marroquíes. Los últimos datos de Fepex cifran la exportación actual de tomates españoles al resto de la UE en un millón de toneladas, justo la mitad que hace tres años y sólo el doble de lo que Marruecos envía al mercado europeo.
Responsables de la Administración española se han quejado también de que las propuestas defendidas por la Comisión responden exclusivamente a los intereses de los países continentales, por lo que han propuesto que el nuevo acuerdo incluya también la apertura del mercado marroquí a productos mediterráneos como aceites y grasas; residuos agroalimentarios; conservas de frutas y hortalizas; transformados de la pesca; flores y plantas; aves y productos derivados, y fibras textiles.