Mansiones de ejecutivos bajo sospecha
Mientras sus compañías caminan hacia el fracaso, directivos y ex ejecutivos de empresas como Worldcom, Enron y Global Crossing defienden que 'la casa de un hombre es su castillo' y para demostrarlo invierten multimillonarias sumas en casas de ensueño. Scott Sullivan, que fue despedido del puesto de director financiero de Worldcom la semana pasada después de que la compañía anunciara pérdidas millonarias, está construyendo una mansión en un solar de dos millones de euros junto a la playa en Boca Ratón, Florida, con laguna privada. Cuando Andrew Fastow fue despedido como director financiero de Enron en octubre, una cuadrilla construía su casa de 1.059 metros cuadrados en un solar de un millón de euros en River Oaks ( Houston). Y lo siguen haciendo.
'Los ejecutivos viven en una atmósfera esotérica de poder donde toda la gente a su alrededor les hace reverencias', asegura el psicólogo Hodge Golson, director general de Management Psychology Group, de Atlanta. 'Esto produce una desconexión con la realidad'. Sullivan está construyendo su mansión de estilo mediterráneo, con terraza cubierta de dos plantas frente a una piscina en forma de reloj de arena, en una comunidad donde las casas cuestan entre 1,8 y siete millones. Vive actualmente en una casa de cinco dormitorios que compró por 150.000 euros. Fastow vive en una de 427 metros cuadrados en una zona menos elegante de Houston mientras construye su mansión de River Oaks.
Enron ha perdido desde diciembre a la mitad de su plantilla y Global Crossing también ha declarado la quiebra. Ello no ha entorpecido los trabajos de renovación que por 13 millones está llevando a cabo el presidente de la compañía, Gary Winnick, en su mansión de 80 millones. Asimismo, Martha Stewart, responsable de la compañía de decoración Martha Stewart Living Omnimedia y bajo sospecha por supuesto tráfico de información privilegiada, está edificando varias mansiones.
Otras veces los ejecutivos manchados por el escándalo se deshacen de sus construcciones. Paul Frame decidió vender una mansión en Houston, y fijó un precio de 14,5 millones. Después, renunció a la presidencia ejecutiva de Seitel. En otros casos, el derrumbe del precio de una acción obstaculiza las obras. En 2001, el fundador de Priceline.com, Jay Walker, detuvo la construcción de una casa de 2.295 metros cuadrados después de que el precio de la acción de la firma bajara a menos de 1,8 euros, aunque tras la dimisión prosiguieron las tareas.