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Revista de Prensa

Aquí estamos de nuevo

En las finanzas internacionales nunca llueve, pero diluvia. Las divisas de los países más ricos y los mercados de valores están sumidos en la agitación, no muy beneficiada por las últimas revelaciones sobre las malas prácticas descubiertas en la América capitalista (...). Los temores afectan asimismo a los mercados emergentes. En esta ocasión, la alarma recorre rápidamente Latinoamérica. Las dificultades económicas de Argentina han ido de mal en peor y el contagio ha regresado. La tensión se ha dejado sentir en Uruguay, Paraguay y los demás países de la región. Y ahora, Brasil. A finales de la pasada semana, los mercados de valores de la mayor economía de Latinoamérica bordearon el pánico. (...) Si Brasil recorre el mismo camino que Argentina la crisis sobre los mercados emergentes para rivalizar con lo sucedido en el sureste asiático hace algunos años tiene todas las papeletas (...). Los países ricos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) podrían verse obligados a tragarse sus escrúpulos y a organizar un apoyo financiero a gran escala. Mientras, dos asuntos podrían facilitar las cosas para estabilizar la situación. Primero, todos los candidatos a presidentes, pero muy especialmente Inazio Lula da Silva, deberían dejar claro y reconocer que están preparados para hacer frente al problema de la deuda interna, así como dar su apoyo a la independencia del banco central. Segundo, los líderes de los países ricos deberían decir palabras de colaboración, y si no es posible, mantenerse callados. El secretario del Tesoro estadounidense, Paul O'Neill, recientemente espetó que un mayor apoyo a Brasil sería un error (...). Ya hay motivos suficientes para preocuparse, señor secretario.

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