Así recuperó Esther Koplowitz 10 óleos robados
Los detalles de la operación policial que permitió el viernes la recuperación de 10 de las 19 obras de arte robadas el pasado 8 de agosto a Esther Koplowitz, valoradas en más de 30 millones de euros, parecen sacados de un guión de Hollywood. Hasta el nombre de la operación -operación Cuba- pasaría por el título de una película estadounidense de suspense. De la que podría hacerse una secuela, ya que el asunto todavía no está completamente cerrado.
Según explicó ayer el director general de la policía, Juan Cotino, la intervención del pasado viernes fue el desencadenante de una investigación de la policía judicial española en colaboración con el FBI, policías de países europeos y de Suramérica.
Las investigaciones iniciales se emprendieron en Madrid, Zamora, Málaga, Valencia e Ibiza. Agentes del FBI acreditados en España alertaron recientemente de una posible operación de venta de obras de arte de incalculable valor, y las fuerzas de seguridad montaron un señuelo con el que llamar la atención de los implicados en el delito.
Un policía español, que se hizo pasar por marchante de arte, atrajo la atención de los presuntos ladrones bajo la supuesta intención de querer adquirir la obra de Pieter Brueghel La tentación de San Antonio. El viernes se entrevistaron en un lujoso hotel madrileño rodeado de policías caracterizados como barrenderos, mendigos y vendedores ambulantes de pañuelos de papel. Los sospechosos mantenían escondidas otras nueve piezas de arte en el maletero de un coche situado en las proximidades con la esperanza de aumentar la venta.
Un experto en arte del FBI, que se hizo pasar por profesor, acudió a la cita para confirmar la autenticidad del lienzo. En cuanto lo hizo, los sospechosos, Juan Manuel Candela y Ángel Suárez Flores, Cásper, fueron detenidos. El primero, según las informaciones policiales, habría recibido presuntamente la información necesaria para efectuar el robo de Luis Miguel del Mazo, vigilante de seguridad que se encontraba de servicio en el domicilio de la accionista mayoritaria de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) en la noche en que se produjeron los hechos. Candela es integrante de una organización liderada por Suárez Flores -absuelto en el delito de encubrimiento en el intento de asesinato del abogado Emilio Rodríguez Menéndez-, especialista en el robo de bancos mediante butrones. El sábado el vigilante jurado implicado se presentó voluntariamente en las dependencias de la Brigada Provincial de la policía en Madrid. Los tres ingresaron ayer en la cárcel de Soto del Real.
Cotino recordó que la operación 'sigue abierta hasta que se hayan recuperado todas las obras perdidas', entre ellas, La caída del burro, de Goya, y Guitarra sobre una silla, de Juan Gris. La trama adquiere más tintes cinematográficos al saberse que la empresaria española hizo una donación de varios millones de pesetas en acciones de FCC al vigilante encarcelado. El portavoz de Esther Koplowitz, Borja Puig de la Bellacasa, dijo ayer que nadie podía pensar en la implicación del empleado de seguridad porque 'era una persona de una confianza bastante grande; llevaba varios años trabajando en la vigilancia del domicilio particular'.
En este sentido, afirmó que 'la naturaleza de Esther Koplowitz y su generosidad se han manifestado en estos años, siempre, en beneficiar al entorno de los trabajadores que han estado más cerca de ella. La donación que hizo a este vigilante era un acto relativamente normal en el ámbito de los que estaban trabajando en su entorno directo'.