Frenazo en las inversiones en Internet
Las grandes empresas han decidido parar y, en muchos casos, cerrar definitivamente sus proyectos de nueva economía
El 7 de marzo del año 2000, el grupo Picking Pack, dedicado a servicios de repografía y con sede en El Prat de Llobregat (Barcelona), anuncia la adquisición del proveedor de servicios Ola Internet, una empresa con apenas seis meses de vida. La operación, realizada mediante dos ampliaciones de capital, fue valorada en 180 millones de euros. Las acciones de Picking Pack subieron un 21,19% ese mismo día. Poco más de año y medio después, el 5 de noviembre de 2001, la firma comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su decisión de poner a la venta Ola Internet, tras registrar unas pérdidas de 50 millones de euros durante el año 2000. Ola Internet todavía sigue a la venta.
La apuesta de Picking Pack por Internet fue de las más fuertes que se han visto en el panorama empresarial español. Creyó tanto en el nuevo sector que dejó de cotizar en el mercado continuo para convertirse en octubre del año 2000 en la primera empresa que se incorporaba al Nuevo Mercado, donde todavía cotiza. Quizá el caso de Picking Pack sea extremo, pero la gran mayoría de empresas españolas ajenas al sector de las telecomunicaciones ha mostrado en los últimos años un patrón similar. Durante 2000 tomaron participaciones, en mayor o menor medida, en proyectos relacionados con las nuevas tecnologías e Internet para luego abandonarlos masivamente a lo largo de este año.
Grupo Planeta y Grupo Agbar, otras dos empresas catalanas, también han protagonizado en los últimos meses retiradas del sector. En el primer caso, según aseguran fuentes de la editorial, se trata de un 'cese de actividad temporal'. En cuanto a Aguas de Barcelona, Lluís Maria Puiggarí, director general adjunto, explica, sin las ambigüedades de otros empresarios, que el crecimiento del comercio electrónico no es el que habían previsto y que, por tanto, abandonan. 'No dudamos que Internet es un mundo con futuro, pero no nos interesa como negocio porque va demasiado lento', matiza.
Grupo Planeta fue otra de las empresas que más se implicó en el nuevo sector. La llegada de Internet hizo que José Manuel Lara, consejero delegado de la empresa propiedad de la familia Lara, explicara a principios del año 2000 que Planeta se había convertido en un productor de contenidos, no sólo para libros, sino para otros soportes multimedia y, sobre todo, consultas a través de Internet.
El año 1999 fue el año del desembarco de Planeta en el nuevo sector. Invirtió 30 millones de euros en varios proyectos. Abrió en solitario Geoplaneta, una versión en la red de sus libros de viajes; se asoció con el Banco Urquijo y la italiana Twice en Estuweb, una agencia de compra y venta de valores; con la Universitat Oberta de Cataluña creó la sociedad UOC-Planeta, dedicada a la enseñanza en castellano a través de Internet, y tomó una participación en Quiero TV. En los años siguientes vendrían Temalia (100% Planeta), un portal para comunidades de aficionados, la tienda de libros electrónicos Veintinueve (100% Planeta) y la toma del 25% del portal sanitario Via Salus. Los últimos cuatro proyectos citados han fracasado. El portal Temalia y la librería virtual Veintinueve han cerrado en el último mes, 'porque no se ha alcanzado la masa crítica necesaria para funcionar', según explicaron fuentes del grupo.
Quiero TV ya no tiene actividad y en el caso del portal Sanitario Vía Salus, el grupo acabó vendiendo el 25% que tenía a la Generalitat de Cataluña (que ya tenía otro 21,7%), tras haber invertido 1,8 millones de euros en el proyecto. Aun así, los directivos de Planeta confían en que el comercio electrónico despegará tarde o temprano, por lo que aseguran que en los casos de Temalia y Veintinueve se trata de 'ceses temporales de la actividad' y que la empresa volverá a replantearse la reapertura en los dos casos.
El único gran acierto de Planeta en Internet, al menos económicamente, fue su participación en Bol.com, la librería virtual que ya no está activa en España y cuyo nombre corresponde a las siglas de Bertelsmann Online. Planeta tomó el 50% de la participación en ese portal y la vendió en el año 2000 a la propia multinacional alemana, que tenía el otro 50%, por 14,93 millones de euros, con unas plusvalías de 12,8 millones. El motivo de la venta de la participación en Bol no fue que los directivos no creyeran en el proyecto, sino que preferían llevarlo en solitario, y de esta idea surgió la librería virtual Lacasadellibro.com, 100% propiedad de Planeta, que todavía funciona.
Pero la iniciativa más importante de la empresa en el sector fue la que en un principio recibió el nombre de Prodigios. Entonces era un portal generalista enfocado a la familia en el que Planeta y Sol Meliá invirtieron 42,8 millones de euros. Después llegaron el BSCH y la norteamericana AOL, que acabaron de dar forma a AOL Avant. En octubre del año pasado lanzaron un portal accesible desde un terminal específico, que no requería conocimientos informáticos y que incluía 15 canales de contenidos suministrados por los propios socios. El poco éxito comercial de la iniciativa ha llevado al BSCH, uno de sus principales accionistas, con el 40% del capital, a admitir que valora suspender su actividad. Planeta conserva el 10% de AOL Avant.
Agbar abandona el comercio electrónico
Si para Planeta la retirada de Internet es temporal, la decisión del Grupo Agbar no tiene matices. 'En un principio valoramos la posibilidad de reducir tamaño y quedarnos agazapados a la espera de que el negocio despegase, pero finalmente decidimos abandonar', explica Lluís Maria Puiggarí, director general adjunto del Grupo Agbar.
Hace a penas dos años la situación era completamente diferente. El grupo creó una filial llamada AGM Global Market para agrupar en ella todas las actividades relacionadas con el comercio electrónico, divididas en tres ramas. La primera de ellas, de consultoría de Internet y comercio electrónico; la segunda, de centros de atención telefónica, y la tercera, de logística relacionada con el comercio electrónico. La única rama que ha resultado un buen negocio es la de los centros de atención telefónica. Grupo Agbar ha vendido la firma de logística ASM y quiere vender el negocio de consultoría de Internet y ha segregado la actividad de las tres empresas dedicadas a la atención telefónica (Powerline, TGT y Bitel) en una nueva llamada AGM Contacta.
Aunque Agbar se ha desprendido de su inversión principal en el sector, todavía continua con la actividad de Movendus, un portal de servicios para el automóvil, que se ha fusionado recientemente con el portal del RACC (Real Automóvil Club de Cataluña) y con el portal de compras hospitalarias Plazasalud24, aunque con unas cifras de negocios muy inferiores a las previstas.
Igual que Agbar no ha ocultado su intención de abandonar el comercio electrónico, Picking Pack no sólo no lo oculta sino que basa su vuelta a los beneficios en esa estrategia. La empresa de Carlo Bonomi anunció la semana pasada un cambio de nombre, para enfatizar que va a centrase en su negocio tradicional: el de repografía y servicios ofimáticos para pymes. A partir de ahora pasará a llamarse Service Point, el nombre que ya llevaban las filiales dedicadas a este negocio. Para completar su abandono del sector, Picking Pack vendió por 60 millones de euros Logic Control, una firma informática que había comprado por 67,9 millones unos meses antes, pero no pudo deshacerse a tiempo del 5,2% que tenía en Ecuality, la empresa que desarrolló las tiendas en Internet Alcoste y Diversia y que se encuentra en suspensión de pagos. Picking Pack adquirió la participación por 1,66 millones de euros a finales de 1999. Quiso venderla por 8,4 millones seis meses después y ahora tiene ya reflejada la pérdida en sus balances.
La estrategia de desinversión en el sector ha afectado también a su participación en Cephren. La empresa no acudió a la última ampliación de capital, con lo que ha visto reducida su participación del 10,2% al 2%. De cualquier manera, Picking Pack todavía conserva muchos intereses en la red y quiere mantener todos los portales que le permiten dar servicio a las pymes a través de Internet. Entre ellos se encuentran Charrete, Service Point, o Global Graphics.
Fusiones, pérdidas y ventas
Para completar el panorama catalán, Damm y Mecalux son ejemplos de empresas que mantienen su apuesta, pero con un ritmo de gasto menor. La cervecera Damm ha fusionado su plataforma de compras Osiris con Katalyx Food, de Telefónica, lo que le permitirá reducir los gastos. Por su parte, Mecalux, fabricante de material de almacenaje, ha anunciado que este año Logismarket, un portal de comercio entre empresas del sector de la logística, sufrirá unas pérdidas de seis millones de euros, que esperan reducir a la mitad durante el próximo ejercicio.
Altadis y Cortefiel también se han cansado de invertir en el sector. Las dos compañías presentaron en 1999 Víaplus, en la que la tabacalera tenía un 75% del capital y el grupo textil el 25% restante. El portal nació con la pretensión de ser una de las mayores tiendas de Internet, pero ha registrado unas pérdidas de 39,83 millones de euros en los dos últimos ejercicios. Este resultado negativo ha reducido el capital social de la compañía a 1,6 millones de euros. Los dos socios, que recurrieron a una ampliación de capital de 12 millones de euros en noviembre del año 2000, no tienen intención de aportal más capital al proyecto, por lo que la única salida es la venta de Viaplus o su liquidación, en caso de que no encontraran comprador.
Amper, la compañía de ingeniería redes y sistemas presidida por Enrique Used, también ha abandonado su proyecto de crear una división de Internet y la primera medida fue vender el pasado mes de mayo el 40% del capital de Suricata, una firma española dedicada a la distribución de programas informáticos, a sus antiguos propietarios.
Los problemas de las plataformas empresariales
Es difícil encontrar una gran compañía española, sea del sector que sea, que no esté implicada en algún portal de negocios entre empresas (B2B). Quizá el sector que más se ha volcado en este tipo de proyecto es el de la construcción, cuyas empresas están acostumbradas tradicionalmente a diversificar. FCC, Ferrovial, Acciona, ACS y Sacyr se agruparon en el portal de compras Build2Build, mientras que Dragados y OHL crearon el portal Edifica.
El pasado mes de marzo las dos iniciativas se fusionaron en Obralia, entre otras razones para ahorrar costes. Enrique Aldama, presidente del nuevo portal, explica que no llegará a facturar el 0,5% de lo que mueve todo el sector de la construcción, tal y como se creía, 'porque no se puede cobrar una comisión por transacción. Las empresas sólo pagarán por un servicio, como pagan por el teléfono o el fax'.
La inversión en cada uno de los portales fusionados fue de seis millones de euros. El funcionamiento de las dos plataformas por separado tenía un coste de 360.000 euros mensuales cada una, los gastos del portal resultante no pasarán de 450.000 euros al mes.
Aparte de los portales de compras, las constructoras tomaron participaciones en otras empresas del sector o incluso crearon sus propias filiales. Es el caso de Acciona, que creó Packtivity para dar servicios de logística relacionada con el comercio electrónico, y que tomó participaciones en Radiotrónica y en Ecuality. Por su parte, Sacyr tomó una participación del 40% en Aurentia, una empresa dedicada a consultoría de Internet.
Las grandes compañías del sector energético también entraron de lleno en el comercio entre empresas (B2B). Endesa desarrolló junto a CommerceOne y la consultora PricewaterhouseCoopers la plataforma Opciona y creó Endesa NetFactory como cabecera de negocio de las nuevas tecnologías. Endesa también apostó por el comercio para consumidor final con Portae. Repsol entró en Adquira.
Las grandes de la alimentación tampoco se quedaron al margen y empresas como Freixenet, Panrico, Nutrexpa o Pascual participan en Calidalia. Todas las plataformas citadas funcionan, pero en ningún caso han alcanzado los volúmenes de compra y venta previstos.