Turbulenta primavera política e inmigración
La turbulenta primavera política en Europa ha alzado la inmigración a prioridad absoluta de la agenda de la Cumbre de Sevilla. Tony Blair y José María Aznar esperan solucionar el problema coordinando las políticas nacionales contra la inmigración ilegal. No es mala idea, pero está muy lejos de ser suficiente.
La larga experiencia de EE UU sugiere que controlar fronteras es sólo un primer paso al éxito. Las circunstancias en que los inmigrantes llegan a Europa, así como qué les ocurre luego, son tanto o más importantes que su número ( ).
La tradición en EE UU permite ser libre para vivir según las costumbres étnicas de cada uno los fines de semana (...). En el trabajo, sin embargo, se es ciudadano entre ciudadanos, aceptado como miembro de la sociedad sin importar lo privado. Este principio, ¿puede funcionar en Europa, donde hay hábitos y creencias tan distintas? (...).
Por razones demográficas, la inmigración podría ser el futuro en Europa, tanto si se quiere como si no. Debe hacerse evidente regularla y hacer el gran esfuerzo de ayudar a quienes vienen a asimilar un nuevo contexto.