Amarrar un yate en Palma cuesta más que comprarlo
Los millonarios que veranean en Mallorca se están quedando sin sitios para amarrar sus yates. 'Si Noé navegara ahora mismo por el Mediterráneo, no encontraría un sitio para atracar', dice John Jefferson Flood, propietario de Balearic International Yachtbrokers, especialista en encontrar el agua necesaria para mantener un barco a flote. 'Miles de millones de dólares en yates magníficos, y lo único que importa es encontrar sitio en un muelle', dice.
Los cientos de yates privados que se dirigen a los cuatro exclusivos puertos deportivos de Palma para disfrutar de la temporada estival se encuentran con que faltan amarraderos, allí y en otras partes del Mediterráneo.
Durante mucho tiempo Palma ha servido de puerto de acogida de embarcaciones de placer capitaneadas por gente como el ex piloto y empresario de Fórmula 1 Eddie Jordan, jeques saudíes, el duque de Westminster (el hombre más rico de Gran Bretaña), además de algunos miembros de la familia Gucci.
Todos ellos están dispuestos a pagar hasta 2,6 millones de euros por un raro espacio de 30 metros en el exclusivo Club de Mar, en Palma de Mallorca. En este mercado, el coste de alquilar un lugar donde atracar puede superar con creces el precio de la embarcación.
El director general de Palma Board Yard, Michael Riches, se encuentra en primera línea en la búsqueda de propiedades inmobiliarias líquidas. La persecución de alquileres en embarcaderos, que pueden durar hasta 17 años, es 'el único negocio que conozco en el que los que pueden decir no importa lo que cueste se encuentran con una verdadera crisis entre manos', afirma Riches.
No obstante, se comenta entre los cazadores de embarcaderos que algunos ricos están empezando a vender sus yates y subarrendar los alquileres de atracaderos.
Según un reportaje de la revista Yacht Report, los puertos del Mediterráneo tienen 354 atracaderos permanentes y temporales disponibles para acomodar embarcaciones de placer superiores a 50 metros. 'El problema es que para los propietarios de estos yates el tamaño sí que importa', añade Nico de María, un artista local, porque 'un yate de 30 metros se considera de tamaño mediano'.
El experto en náutica John Flood dice que al menos un 40% de los barcos de placer amarrados en los 2.437 atracaderos que hay en los cuatro puertos deportivos más de moda en Palma se usa como residencia en verano y nunca abandona el puerto. 'Gente que no sabe nada sobre navegación está comprando yates sólo para controlar el alquiler del atracadero, esperando crear un mercado de futuros'.
Al mismo tiempo, los cazadores de embarcaderos se quejan de que docenas de atracaderos en Mallorca están ocupados por barcos fantasma porque los propietarios, incapaces de pagar el mantenimiento, han abandonado sus superyates.
Los puertos deportivos no pueden vender estas embarcaciones y dejar libre el espacio para atracar. La legislación española obliga a esperar siete años antes de poder retirar un barco abandonado y poner el amarre en el mercado.