El nuevo Gobierno francés afronta una avalancha de conflictos
El nuevo Gobierno de Jean-Pierre Raffarin, que ha anunciado un ambicioso calendario de reformas y ha puesto el acento en el diálogo social, se estrena en medio de numerosos conflictos sectoriales que reflejan el fuerte descontento reinante en el país.
Tras la huelga de los pediatras, que reclaman un alza de las consultas, algo que ya ha sido prometido a los médicos generalistas, y los paros regionales del lunes en transportes, el tráfico aéreo estará muy perturbado hoy miércoles con motivo de la huelga de los controladores aéreos, en protesta por el cielo único.
La distribución del correo sufrirá también perturbaciones en Francia mañana jueves, a causa del paro convocado por varios sindicatos para apoyar sus reivindicaciones en materia de pensiones, y el día 24 está prevista una huelga del personal de urgencias en los hospitales, donde la ley de la jornada laboral de 35 horas sigue causando fuertes tensiones.
En medio de estos conflictos sociales, los sindicatos aguardan como un indicador de la actitud del Gobierno de derechas la decisión del próximo día 26 sobre el aumento del salario mínimo.
El alza legal, correspondiente a la inflación, es del 2,2%. Los sindicatos piden un aumento sustancialmente mayor, como ha ocurrido en el pasado. Otro indicador clave será la forma en la que el Gobierno prevé recortar un 5% el impuesto sobre la renta de 2001, pagadero el próximo septiembre, que será definida en Consejo de Ministros el próximo 3 de julio. Sólo la mitad de los franceses, los más acomodados, paga ese impuesto. Una bajada uniforme del 5%, que costaría unos 2.300 millones de euros, favorecería a los ingresos más elevados. Si se optara por una fórmula más equitativa (como un recorte superior para los pequeños contribuyentes), el coste subiría a unos 2.700 millones.
Este recorte será la primera entrega de la promesa electoral del presidente, el neogaullista Jacques Chirac, de rebajar un tercio en cinco años el impuesto sobre la renta y de recortar también sustancialmente la fiscalidad de las empresas.