El presidente de la segunda cementera del mundo cae por el 'caso Asturiana de Zinc'
Ayer, Thomas Schmidheiny, presidente de la segunda cementera mundial, la suiza Holcim, dimitió para poder defenderse de las acusaciones de la Fiscalía Anticorrupción que le involucran como presunto culpable de uso de información privilegiada obtenida como consejero de Xstrata.
El grupo suizo Holcim difundió ayer un comunicado en el que aseguraba que Thomas Schmidheiny había decidido dimitir como presidente de la compañía. Sus funciones serán asumidas por el actual vicepresidente de la cementera, Willy Kissling.
La decisión de Schmidheiny se produce después de haber comunicado a los miembros del consejo de administración y a los componentes del comité ejecutivo las investigaciones que sobre sus actividades privadas ha iniciado la Fiscalía Anticorrupción en España, una vez que la CNMV abriera en su día un expediente, al poder derivarse de ellas presuntos delitos.
Estas actividades privadas no son otras que la adquisición a título personal de acciones de Asturiana de Zinc justo unos días antes de que el grupo Xstrata anunciase públicamente su intención de presentar una opa sobre Asturiana de Zinc (AZSA). Schmidheiny tuvo acceso a esa información en su calidad de miembro del consejo de Xstrata.
El hasta ahora máximo ejecutivo de Holcim explica en el comunicado que su decisión persigue evitar cualquier perjuicio para Holcim que pudiera derivarse de sus actividades personales. La compañía aclara además que Schmidheiny volverá a su actual cargo una 'vez que se clarifiquen las acusaciones'.
Fuerte subida
La enorme revalorización de las acciones de la empresa asturiana en las fechas previas al lanzamiento de la opa de Xstrata -subieron un 43% en las ocho sesiones anteriores- puso de inmediato sobreaviso a la Unidad de Vigilancia de Mercados de la CNMV. Las pesquisas se iniciaron por la sospecha de que en los consejos de Xstrata y de Asturiana (e incluso de Glencore, accionista de control de ambas) se había usado información privilegiada.
A la vista del volumen de la revalorización que experimentaron las acciones, la CNMV decidió remitir el expediente a la Fiscalía General del Estado, dado que sospechó que el enriquecimiento ilícito de determinadas personas físicas, con residencia en Suiza, superó los 450.000 euros, lo cual obliga a abrir la vía penal. Ayer, fuentes de la Fiscalía General del Estado aseguraron que las investigaciones y el expediente se remitieron a Anticorrupción.
La dimisión de Schmidheiny se produce a raíz de una información publicada el domingo por el diario suizo Sonntags Zeitung que afirma que la CNMV sospecha que usó información privilegiada en la compra de acciones de AZSA en diciembre de 2000.
Schmidheiny declara al rotativo no haber obtenido beneficio alguno con aquella operación y dice que revendió los títulos al precio que los compró. No obstante, Schmidheiny lamentó 'haber actuado como lo hice, sin reflexión suficiente en un periodo sensible'. Esta no es la única investigación abierta contra él. Según el Sonntags Zeitung, hay varios procesos abiertos en Italia, Turquía y Suráfrica por supuestas irregularidades de Eternit, filial de Holcim
Schmidheiny también fue acusado por las autoridades bursátiles portuguesas de usar información privilegiada durante la privatización del consorcio cementero Cimpor, en el que Holcim estaba interesado.
Un modelo de empresario poco dado a las emociones
Fortaleza, rendimiento y entrega son las tres palabras con las que a Thomas Schmidheiny le gusta resumir las claves de su gestión empresarial. Definido por sus colaboradores como 'dominante, poco dado a las emociones y muy prudente', Schmidheiny es considerado en su país natal, Suiza, un modelo perfecto de empresario, el último patrón que aún es capaz de gestionar con sus propias manos una empresa familiar abierta a la globalización que tan mal ha sabido digerir el país helvético.
Segundo de los cuatro hijos de Max y Adda Schmidheiny, Thomas nació en 1945 en un pequeño pueblo del cantón de St. Gallen y, como todos sus hermanos, estudió ingeniería y gestión empresarial para continuar la tradición familiar en la cementera que fundó su abuelo en 1912. Con 25 años es destinado por su padre a México, a Cementos Apasco, para que aprenda el negocio desde abajo. De vuelta a Suiza, el joven Schmidheiny ingresa en la empresa de su familia, Holderbank, donde ocupará diversos puestos hasta su nombramiento como presidente del consejo de administración en 1984. Con una fortuna personal estimada por la revista Forbes en más de 4.200 millones de euros, Thomas es el único miembro de la familia que aún permanece vinculado al negocio familiar, tras la muerte de su hermano pequeño y la de su padre a principios de los noventa. Su hermano mayor, Stephan, prefirió dedicarse a la filantropía a través de la Fundación Avina, que ayuda a países en vías de desarrollo.