La derecha francesa, manos a la obra
¿Hay que temer, como hace la izquierda, el superpoder que disfrutarán Jacques Chirac y sus amigos? Hace tiempo, en la época de un Mitterrand triunfante, la izquierda concentró en sus manos, sin mayores aspavientos, un poder similar. Y en estos últimos años, ha dispuesto de numerosas ocasiones para hacer su labor en la cima del Estado.
El resultado no ha sido catastrófico, como afirma la derecha. Pero el elector no ha juzgado suficientemente convincente la labor de la izquierda y ha optado por dar ahora una oportunidad al campo adversario. No aceptar este veredicto electoral con fair play equivale a negar el principio de la alternancia política, fundamento mismo del sistema democrático (...).