Revista de Prensa
La perversidad de Wall Street
La reacción ha sido sorprendentemente lenta. Han pasado 27 meses desde que la burbuja del Nasdaq estallara tan espectacularmente y aún ha pasado más desde que el índice Dow Jones alcanzase su nivel más alto. Tres acontecimientos han coincidido recientemente para convertir el mercado de capitales estadounidense, hasta ahora la envidia del mundo, en una peculiar y poco favorable luz que alienta las voces que plantean la necesidad de una reforma al por mayor.
A pesar del aparente avance en las perspectivas sobre la economía americana, los mercados han ido cada vez más hacia abajo. Esto ha minado cualquier esperanza (...). Hay continuas resonancias de los problemas de Enron, Global Crossing, Worldcom y Tyco, (...) que han dirigido la atención hacia los casos de avaricia personal, de las pésimas explicaciones y de una inadecuada vigilancia.
Y se ha producido también una serie de ataques por parte de los reguladores, políticos y abogados que han confluido en conflictos de intereses y otros pecados que parecen inherentes a los mercados de valores (...). El gran error sería sacrificar los beneficios del buen funcionamiento de los mercados de valores. Toda la evidencia es que el mercado de capitales representa una de las mayores ventajas competitivas estadounidenses (...). EE UU se coloca en una posición de ventaja con respecto a Europa, que permanece abrumada por las obligaciones de las pensiones. Sería perjudicial que debates como el de la privatización parcial de la Seguridad Social de EE UU descarrilaran por la pérdida de confianza en Wall Street. Es el momento de aplaudir la cultura de la equidad y no de enterrarla bajo leyes y pleitos.