Papresa invertirá 72 millones en ampliar la fábrica de Rentería
Papresa aprovechará la ralentización que vive este año el sector de artes gráficas para centrarse en el nuevo plan de inversiones, de 72,12 millones de euros, que reforzará sus instalaciones de Rentería durante este año y el próximo.
El centro guipuzcoano llevaba varios ejercicios fabricando a tope de capacidad por el tirón del mercado y, por tanto, sin posibilidad de dedicar esfuerzos a ampliar sus instalaciones. En 2001, esa actividad le llevó a conseguir un beneficio neto récord de 33,09 millones, 4,1 veces más que en 2000, con lo que encadenó siete ejercicios consecutivos con resultados positivos. El récord de 2001 llegó por una demanda al alza que permitió a Papresa subir los precios hasta un 25%.
Esa bonanza de mercado provocó que un grupo de editoriales se interesara por entrar en el capital de la compañía, que suministra papel a casi todos los periódicos de España. Con esta fórmula, suministrador y clientes estrechaban sus vínculos. Pero la desaceleración económica del último trimestre de 2001, agudizada por los atentados del 11-S, también tuvo sus repercusiones en los medios de comunicación impresos, que registraron caídas de ventas y de publicidad.
Operación malograda
La nueva coyuntura frenó la entrada de los grupos editoriales en Papresa, que ya había destinado más de un 20% de su capital a los nuevos accionistas. La operación llegó a estar muy avanzada, después de que Garrigues & Andersen realizara una valoración de la sociedad y el grupo escandinavo Jaakko Pöyry diseñara un plan de futuro a medio plazo con objetivos de negocio.
Sin cambios en el accionariado de forma inmediata, Papresa se volcará en unas inversiones que supondrán la instalación en Rentería de una nueva planta de destintado y la reforma de los molinos de madera del centro, conocidos como MP4 y MP5. Este proyecto ya ha sido adjudicado, en concreto a los grupos de bienes de equipos del sector papelero Metso y Voith.
Con su base industrial actual, la planta de Rentería elaboró en 2001 casi 160.000 toneladas de papel, un 10,9% más, y batió el récord de producción del ejercicio anterior. También aumentó la fabricación de pasta destintada, en este caso un 12% y por encima de 116.500 toneladas.
Tras las inversiones, su capacidad instalada crecerá de 170.000 a 240.000 toneladas al año. La compañía, que el año pasado realizó en el exterior el 27% de las ventas, estima que en 2002 su crecimiento también quedará ralentizado por la coyuntura económica. El otro fabricante nacional de papel prensa, Peninsular, pertenece al grupo sueco Holmen.
Más de 4,5 millones para el reparto de dividendos
Papresa destinará el 13,62% de los beneficios netos de 2001 al pago de dividendos, lo que supondrá repartir 4,51 millones entre sus accionistas, un 50% más en relación a la retribución anterior.
El resto de los resultados (18,9 millones) pasan a reservas, mientras que otros 9,68 millones se destinan a cubrir cargas negativas anteriores, heredadas de la etapa en la que Papresa pertenecía al grupo La Papelera Española, ya desaparecido tras declararse en quiebra a mediados de la década de los noventa.
De aquellos tiempos, Papresa conserva la imagen del elefante, que fue la marca del extinto grupo papelero, además de una serie de acreedores que en compensación forman parte de su accionariado, donde están presentes con el 16,52%. El capital está controlado al 50,95% por los trabajadores, mientras que la Diputación de Guipúzcoa tiene otro 4,12%.
Papresa ha blindado su capital, puesto que los estatutos de la compañía especifican que gran parte de sus acciones no se pueden vender a terceros, y sólo se pueden intercambiar entre familiares de los titulares, y en este caso 'hasta cierto grado', y entre otros propietarios. Sólo algunos de los títulos que están en manos de los empleados pueden ser adquiridos por inversores ajenos a la compañía. El auditor de las cuentas de 2001, Ernst & Young, incluye una 'incertidumbre', no cuantificada, por una deducción fiscal realizada por Papresa que ha sido recurrida.