Europa y la inmigración
Hace meses que la Comisión Europea intenta convencer a los Quince de que pacten una directiva fijando 'normas mínimas para la acogida de emigrantes'. Los ministros de Interior han alcanzado un laborioso acuerdo político que ignora un punto esencial para la integración satisfactoria: el permiso de trabajo. Cada Estado continuará (...) aplicando su propia política (...).
Los dirigentes coinciden en reforzar el hermetismo de Europa. Blair y Aznar quieren en la agenda de la Cumbre de Sevilla (...) proyectos que refuercen la lucha contra la inmigración clandestina (...). Europa sólo logra acuerdos sobre aspectos policiales y represivos. Nadie discute el derecho de los Estados a controlar el acceso a su territorio. Pero ¿cómo Europa, con el horizonte de la ampliación y el envejecimiento, puede no tener una política común de acogida e integración de aquellos a los que atrae y de los que su mercado laboral tiene necesidad? Las respuestas sólo policiales reflejan cortedad de miras.