El acuerdo con Chile y las relaciones UE-América Latina
Juan Costa analiza el acuerdo comercial con Chile y los resultados de la Cumbre UE-América Latina que, asegura, van a impulsar fuertemente la inversión y las exportaciones españolas
La conclusión de las negociaciones del acuerdo de asociación con Chile firmada por los presidentes Lagos y Aznar, el acuerdo político y de cooperación con la comunidad andina y Centroamérica, así como el acuerdo sobre facilitación de comercio con Mercosur, constituyen, en el ámbito comercial, los resultados más importantes presentados en la pasada Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe. Unos logros que figuraban entre los objetivos comerciales prioritarios de la presidencia española y que, sin duda, van a impulsar fuertemente las exportaciones y la inversión españolas en esa región del mundo.
Dentro del acuerdo de asociación con Chile se debe destacar la liberalización inmediata del 91,7% del valor de las exportaciones comunitarias de productos industriales, desapareciendo los aranceles restantes en siete años; del 99% en productos agrícolas transformados y del 98% en productos pesqueros.
Se prevé, además, la creación de una Zona de Libre Cambio de servicios, un sector donde los compromisos alcanzados han sido los mayores conseguidos hasta ahora por la UE en una negociación bilateral, ya que se avanza significativamente respecto a los adquiridos en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Es importante también el acuerdo sobre inversiones, que establece el principio de no discriminación en el establecimiento de los inversores y de libre convertibilidad y transferencia en los pagos corrientes y movimientos de capital.
El resto de capítulos negociados favorecerán de manera adicional la inversión y las exportaciones españolas. Así, se eliminarán la mayoría de las barreras no arancelarias, mediante el acuerdo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias, el acuerdo sobre normas y reglamentos técnicos, los acuerdos en materia antidumping y antisubvención, el acuerdo sobre normas de origen y el acuerdo de facilitación del comercio. Por otro lado, existen acuerdos sobre compras públicas, competencia y un mecanismo propio de solución de diferencias, que contribuirán a crear un entorno más liberalizado y a la vez con más garantías para la inversión y la exportación española en Chile.
En segundo lugar, la perspectiva de un acuerdo político y de cooperación entre la Unión Europea y la comunidad andina y con Centroamérica, con la posibilidad de negociar en el futuro un acuerdo de asociación, ofrece buenas expectativas para continuar aumentando la presencia de los productos y la inversión españolas en esta región.
Respecto a las negociaciones con Mercosur, dada la situación en Argentina la consecución de un acuerdo sobre facilitación del comercio puede considerarse como un importante logro, que ayudará a la progresiva eliminación de los obstáculos no arancelarios derivados de los trámites aduaneros y de las diferentes normas sanitarias y fitosanitarias y de otro tipo.
Centrándonos en el caso concreto de Argentina, es evidente que los inversores no se sienten atraídos por la delicada situación actual en el país, pero puede decirse que las empresas españolas han mantenido las posiciones alcanzadas en el pasado corroborando que la presencia española en Argentina era un compromiso a largo plazo. Incluso resulta significativo comprobar como hay nuevos pequeños inversores que han adoptado posiciones de inversión en este país recientemente.
Los riesgos de contagio a otros países de Mercosur y especialmente a Brasil son evidentes en economías que están tan interrelacionadas. No obstante, hasta el momento, este hecho no se ha producido y espero que Argentina, ayudada por el Fondo Monetario Internacional, consiga articular una política económica estable y creíble que le permita superar la crisis que registra hoy y recuperar la senda del equilibrio.