George Bush debe escuchar a Europa
La dura realidad es que, a pesar de la cantinela sobre los valores, herencia e intereses que comparten Europa y EE UU, los lazos que los unen rara vez han sido tan delgados. (...) La Administración Bush ha conseguido acabar con el enorme arsenal de apoyo y solidaridad que Europa dio a EE UU tras el 11 de septiembre (...). Los ataques parecen haber exacerbado en Washington la asunción de que lo que es bueno para EE UU lo es, por definición, para todos los demás (...). [Bush] debe reaprender el tradicional sentido de consulta: escuchar los puntos de vista de los otros y tomarlos en cuenta. Y admitir que, a veces, pueden tener razón.