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Resultados

La devaluación pierde peso

El impacto de la depreciación de la moneda argentina sobre los fondos propios de las empresas españolas está casi agotado

La factura que la devaluación argentina pasa a los fondos propios de las empresas españolas está casi pagada. Los activos denominados en pesos han perdido una parte tan importante de su valor expresado en euros que, simplemente, queda ya muy poco más que perder por la vía de la devaluación. Otra cosa es, no obstante, la factura de la crisis en términos operativos y el impacto cambiario recurrente sobre los resultados, que seguirá notándose indefinidamente.

La mayoría de las empresas españolas cerraron sus cuentas de 2001 aplicando un tipo de cambio de 1,6 o 1,7 pesos por dólar, lo que suponía una depreciación del 37,5% o del 41,1%, respectivamente. Con ese tipo de cambio, la devaluación pasó una factura directa de algo más de 5.600 millones de euros brutos sobre los fondos propios de las empresas españolas, a lo que se unieron otros 4.950 millones más de impacto sobre los resultados. Una cuenta total de 10.565 millones en 2001, de los que más de 2.500 millones correspondían, no obstante, a socios minoritarios o se compensaban por la vía de créditos fiscales. En el primer trimestre de este año, una nueva vuelta de tuerca de la crisis ha representado un impacto adicional de unos 1.000 millones sobre resultados y de otros 2.800 sobre fondos propios. La factura total, que supone en realidad mezclar importes de naturaleza muy diversa, supera ya ampliamente los 14.000 millones de euros brutos.

En lo que a devaluación se refiere, las empresas han utilizado tipos de cambio de cierre del primer trimestre muy diversos. El Santander usa 3,1 pesos por dólar; Telefónica, 2,85 pesos por dólar, y Repsol, 2,95 pesos por dólar, por poner sólo algunos ejemplos. Eso sí, como Aquiles y la tortuga en la aporía de Zenón de Elea, las contabilidad parece no alcanzar nunca al peso, pues éste ha caído ya hasta los 3,42 por dólar cuando se están formulando las cuentas de cierre del primer trimestre.

Pero lo importante para las empresas españolas y sus fondos propios consolidados es que el impacto directo de la depreciación hasta los actuales 3,42 pesos por dólar ha sido mayor que el que se pueda producir ya con la caída desde ese nivel hasta el de 10, 1.000 o 20.000 pesos por dólar. Aunque aparentemente la distancia parezca mayor de 1,7 a 2,95 pesos que de 1 a 1,7 pesos, lo cierto es que el impacto ha sido menor y que aún se reducirá más en el segundo y sucesivos trimestres. Por así decirlo, lo bueno es que las empresas han reducido el riesgo argentino sustancialmente y lo malo es que lo han reducido por la vía de perder lo que estaba en riesgo.

La factura en las grandes empresas

En el primer trimestre de este año, la empresa que ha reconocido un mayor impacto ha sido de nuevo Repsol, que ha registrado con cargo al resultado financiero una provisión de 178 millones de euros y 66 millones en la cuenta de sociedades participadas, además de 1.011 millones con cargo a reservas. 'Con este saneamiento [a 2,95 pesos por dólar] Repsol YPF ha ajustado más de las dos terceras partes de sus activos de balance sensibles a cualquier devaluación', según explica la empresa: 2.461 millones sobre un total de 3.571 millones.

En el caso de Telefónica el impacto de la crisis sobre los resultados era en 2001 de 589 millones de dólares, de los que 220 desaparecían por corresponder a minoritarios o escudos fiscales, mientras que el impacto sobre fondos propios ascendía a 2.076 millones, de los que 652 se recuperaban vía fiscal, dejando el impacto neto directo sobre reservas en 1.424 millones. De enero a marzo, Telefónica ha sufrido un impacto financiero neto de 254,4 millones sobre resultados y de 838,6 sobre reservas, a los que añadir otro impacto operativo neto de 82,6 millones. Y eso después de descontar 190,8 millones recuperados vía créditos fiscales, pues, si no, el impacto sería aún mayor. Telefónica, con todo, sigue soportando un considerable riesgo argentino. La empresa cuantifica su exposición máxima en 1.668,3 millones de dólares, incluyendo el valor patrimonial de sus inversiones, sus fondos de comercio y la financiación interna prestada. Al haber contabilizado la depreciación sólo hasta 2,85 pesos por dólar, lleva ya retraso.

El Santander y el BBVA dieron a entender que habían saneado todo su riesgo argentino con sus cargos de 1.800 y 2.000 millones de euros, pero ha resultado no ser del todo cierto. En el primer trimestre, el BBVA ha cargado 116 millones de euros contra reservas y el Santander, otros 380 millones.

Endesa, por su parte, explica que en el primer trimestre de 2002 la devaluación del peso argentino tuvo un impacto negativo de 160 millones de euros sobre sus fondos propios y de 75 millones de euros sobre el resultado neto después de socios externos. Además, la eléctrica ha dotado provisiones extraordinarias por 210 millones para cubrir posibles riesgos derivados de la situación económica en Argentina.

Una cuestión de aritmética

 

Si algo ha perdido la mitad de su valor, lo más que puede perder es la otra mitad. Si ya ha perdido más de la mitad, sólo le queda perder menos de la mitad. Ese es el pobre consuelo que ofrece la aritmética a quienes partían de la igualdad entre peso y dólar a la hora de ir recontando las pérdidas.

 

 

 

 

 

 

 

Desde la perspectiva de las empresas españolas con activos denominados en pesos sensibles a la devaluación, lo peor del impacto financiero de la caída del peso ha quedado atrás.

 

 

 

La devaluación en relación con el dólar tiene un impacto negativo sobre los estados financieros en monedas locales de las compañías participadas en la medida en que aumenta el importe de la deuda en dólares y genera una diferencia negativa de cambio en la cuenta de resultados; por otra parte, la devaluación respecto del euro repercute sobre los estados financieros consolidados de las empresas españolas, al reducirse el valor de los fondos propios de las compañías participadas medidos en euros.

 

 

 

Puesto en perspectiva, y desde la paridad uno a uno que se rompió a principios de este año, el peso ha perdido en torno al 70% de su valor en dólares. Como mucho, le quedaría otro 30% que perder y para que esa pérdida adicional se hiciese notar, el ritmo de depreciación tendría que ser vertiginoso. La devaluación acumulada sólo pasará del 70% al 80% si el peso cae a cinco unidades por dólar y sólo alcanzaría el 90% con un dólar a 10 pesos.

 

 

 

La forma de no llamarse a engaño es expresar los pesos en dólares y no los dólares en pesos. Así, el peso ha pasado de valer un dólar a 0,29 dólares. Cada peso, 71 centavos de dólar de valor en lo que va de año. Puede volver a perder el 71% de lo que vale ahora, pero en términos absolutos eso ya sería perder sólo 20,6 centavos de dólar por peso.

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