Más curiosos que viajeros en Nuevos Ministerios
El debut del intercambiador de Nuevos Ministerios con destino al aeropuerto de Barajas atrajo ayer la atención de más curiosos, especialmente jubilados, que de viajeros. A primera hora de la mañana, algunos ordenadores jugaron una mala pasada a las compañías (Iberia, Spanair y Air Europa) que desde ayer ofrecen a sus clientes la posibilidad de facturar el equipaje y obtener la tarjeta de embarque desde la remodelada estación de metro, situada en pleno paseo de la Castellana. El susto apenas duró unos minutos y hasta primera hora de la tarde poco más de un centenar de pasajeros presumieron de ser los primeros. Las principales anécdotas las protagonizaron los despistados de siempre.
Algunos quisieron facturar equipajes que debían pasar el control de aduanas y otros, seducidos por la rapidez de un servicio que en 12 minutos les transporta al aeropuerto, fueron en busca de las tarjetas de embarque con una antelación inferior a la exigida. Las normas establecen que para poder utilizar el nuevo intercambiador hay que presentarse dos horas antes en el caso de llevar equipaje y una hora si se llevan las manos en los bolsillos.
También hubo algún distraído que pretendió facturar a su mascota, algo que está completamente prohibido, 'ya que en el caso de los animales vivos pretendemos que pasen el menor tiempo posible fuera de su hábitat', explicó un portavoz de una de las compañías.
Tampoco podrán viajar en metro hasta el avión las bicicletas o instrumentos musicales que por sus grandes dimensiones requieren una cinta transportadora especial, cosa que ayer muchos viajeros ignoraban.
Los 34 mostradores instalados en el intercambiador funcionaron ayer a medio gas, así como las oficinas de venta de billetes, a la espera de que estén realmente finalizadas las obras de la macroestación. Las prisas por inaugurar antes de tiempo las instalaciones se dejaba notar ayer en las zonas que no recorrió el martes el presidente del Gobierno, acompañado de la plana mayor de Madrid.
Una de las apuestas del equipo de Alberto Ruiz-Gallardón han sido siempre las grandes infraestructuras, como el metro. Ahora, este intercambiador responde al empeño de su consejero de Obras Públicas y mano derecha, Luis Eduardo Cortés, quien en un viaje a Hong Kong quedó fascinado por la comodidad de este servicio. Madrid quiere emular a esta ciudad y convertirse en una de las capitales donde menos tiempo requiera llegar al aeropuerto. Otra historia será cuando llegue el momento de trasladar el aeródromo de Barajas a Campo Real.
Como siempre ocurre, hay quien no está muy conforme con esta nueva infraestructura, como les pasa a los taxistas, que entienden que los 0,96 euros que cuesta un billete sencillo de metro, sin abono transporte, pueden restarles buena parte del negocio que les reporta el traslado de viajeros al aeropuerto, cifrado en una media de 15 euros desde el centro de la ciudad. Además, en la estación de Nuevos Ministerios confluyen ocho líneas de cercanías y tres de metro, lo que le convierte en un auténtico centro neurálgico vital para la región.