Las negociaciones sobre Gibraltar, crujientes
Quizás haya llegado la hora de la verdad en las negociaciones para dirimir la disputa entre el Reino Unido y España sobre Gibraltar (...). El primer ministro español, José María Aznar, y su homólogo británico, Tony Blair, mantienen la esperanza de alcanzar un acuerdo esta semana, para que sea desvelado antes de su próximo encuentro, previsto para el 20 de mayo (...).
Mientras tanto, las conversaciones han llegado al límite (...). Reino Unido ve que la solución definitiva pasa por el principio de compartir la soberanía. Pero España rechaza renunciar a su histórica reivindicación, a la rotunda propiedad de la Roca (...). Cuando visitó Gibraltar, a principios de mes, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, fue recibido con gritos de 'Judas' mientras intentaba persuadir a la gente de que el acuerdo se llevaría a cabo teniendo siempre en cuenta sus intereses. Mientras tanto, José María Aznar, realizó confidencias a los periodistas en el sentido de que quería que Gibraltar fuese español.
Los gibraltareños podrán decidir qué tipo de nacionalidad quieren, añadió. Con lo que no contarán, insistió, será el derecho a decidir el futuro del territorio. En este sentido, el responsable español entiende que ello sentaría un importante precedente para la autodetermianción de vascos, catalanes y otros que rápidamente querrían emular tal situación.
Así que, mientras Reino Unido quiere un acuerdo definitivo, España insinúa que será tan sólo un escalón para lograr algo más, en cualquier caso distante, que es lo que disgusta a los gibraltareños. No quisiéramos que las dos partes tuvieran miedo a que su acercamiento pudiera fracasar.