Telefónica descarta capitalizar la filial argentina pese a la opinión del auditor
æpermil;sta es una de las medidas adoptadas por Telefónica para frenar el descalabro de los resultados, a la que se une un recorte de la inversión para este año del 20%, mayoritariamente en Latinoamérica.
La factura argentina de Telefónica se limitará al impacto de la devaluación del peso y a los malos resultados operativos, porque no habrá desembolsos adicionales de la matriz para capitalizar a la filial en el país austral. Así lo aseguraron ayer los principales ejecutivos de la operadora en la tradicional conferencia telefónica con analistas que sigue a la presentación trimestral de resultados.
La compañía española considera que Telefónica de Argentina (TASA) está correctamente financiada con préstamos internos, por lo que, previsiblemente, no necesitará ayuda de la matriz. Esta opinión, sin embargo, contrasta con el informe de auditoría realizado por Andersen, que acompañaba a la cuenta de resultados de la filial en el último trimestre de 2001. 'A la fecha de emisión del presente informe', explica el auditor, 'no se encuentran disponibles líneas de financiación de terceros en montos suficientes para permitir, sumados a los fondos generados internamente, atender los vencimientos de deuda corriente de la sociedad y no puede preverse si esta situación evolucionará positivamente en el corto plazo'.
La crisis argentina restó 337 millones de euros a los resultados de Telefónica en el primer trimestre y, junto con la mala evolución del negocio de la telefonía fija en España, ha sido el principal responsable del desplome del 72% en el beneficio neto. Si el peso sigue su carrera descendente, el impacto en los próximos trimestres se seguirá notando, aunque cada vez la cuantía será menor.
Con este escenario, el reto de Telefónica es ajustar los gastos al máximo para no tener que revisar las previsiones económicas que adelantó a los analistas en marzo. Así, además de reducir la exposición en Argentina, la operadora incidirá en la inversión, con la intención de recortar un 20% los desembolsos este año con respecto a 2001 y dejarlos en 6.200 millones de euros. Buena parte de este ajuste se realizará en Latinoamérica, como ya se ha visto en los resultados del primer trimestre.
El recorte de inversiones sólo respetará a Telefónica de España y al despliegue del ADSL. Puesto que la reducción de tarifas y la competencia han puesto muy difícil el crecimiento en el negocio tradicional de telefonía, la operadora ha centrado su interés en desarrollar el mercado de banda ancha, con el objetivo de cerrar el año con 900.000 conexiones de acceso rápido a Internet. La estrategia de Telefónica pasa por cumplir con el ADSL todos los compromisos y planes de cobertura previstos para el cable. Para tener total libertad en este cometido y evitar las posibles críticas de los socios con los que la operadora comenzó el negocio del cable, Telefónica ha destinado 4,83 millones a la compra de las participaciones de los accionistas minoritarios (principalmente cajas rurales y medios de comunicación locales) en las compañías locales constituidas a ese efecto.
Así, el ex monopolio tiene prácticamente el 100% de todas estas sociedades, después de la adquisición del 43,25% de Telefónica Cable Castilla y León, el 27% de Andalucía, el 11% de Navarra, el 10% de Cataluña y el mismo porcentaje de la empresa de Madrid.
La tercera línea de actuación de Telefónica para aguantar el resultado pasa por la desinversión en activos improductivos o no rentables, así como por la reorganización de filiales en pérdidas. En el primer capítulo estarían los inmuebles; en el segundo, sociedades como la operadora de datos austriaca, European Telecom, al que ya se ha puesto el cartel de se vende, y en el tercero, Admira, según aseguraron los ejecutivos de Telefónica.
El consejero delegado de la operadora, Fernando Abril-Martorell, confió ayer en que el regulador dé el visto bueno a los planes de integración de las plataformas digitales, para que la operación se desarrolle en el calendario previsto.
Plataformas
Preguntado por los analistas, el ejecutivo dio mayores datos sobre la operación y confirmó que Telefónica elevará por encima del 80% su participación en Vía Digital antes de que sea absorbida por Sogecable. En estos momentos, la operadora tiene casi el 49% de la televisión de pago, pero elevará su capital en ella con la capitalización de deudas y el ejercicio de diversas opciones de compra que ha contraído con varios de los actuales accionistas.
Durante la conferencia con analistas, los ejecutivos dieron una mala noticia a los analistas. Telefónica ha consumido en el primer trimestre la mayor parte del crédito fiscal acumulado al calor de la nueva regulación española y de la depreciación del peso en argentina. Los ingresos por el impuesto de sociedades que han evitado que la operadora tuviera pérdidas en el primer trimestre son un elemento 'extraordinario', que no se repetirá en periodos sucesivos. A cierre del año, explicaron los directivos de Telefónica, la tasa impositiva será similar a la de 2001.
Finalizadas las alegrías fiscales, el futuro de los resultados de la compañía presidida por César Alierta se complica, sobre todo si Argentina y la telefonía fija en España mantienen el ritmo descendente. Abril-Martorell, sin embargo, ha descartado que sea necesario rebajar las previsiones de crecimiento globales para la compañía.