Detenido un presunto etarra en Lyón y seis activistas en Guipúzcoa
La captura del presunto etarra en Lyón se produjo a primera hora de la madrugada de ayer, cuando la policía localizó un vehículo sospechoso e intentó identificar a sus dos ocupantes. Los dos sospechosos se resistieron, e incluso provocaron una pequeña pelea con los policías, que consiguieron reducir a uno de ellos, armado con una pistola automática. El segundo consiguió huir en el coche, cuyas matrículas eran falsas.
Ayer tarde el detenido se encontraba en situación de prisión provisional en la comisaría de Annonay y seguía negándose a proporcionar su identidad. Es la segunda vez que un presunto etarra es detenido en esta localidad francesa. El 8 de marzo de 2001 fue detenido otro miembro de ETA tras participar en un robo de explosivos en un almacén cercano a Grenoble.
En la madrugada de ayer también fueron detenidos en distintos puntos de Guipúzcoa seis presuntos colaboradores del comando Aranba de ETA, en cuyo poder la policía encontró matrículas falsas, mapas, una bomba lapa, un escáner, un subfusil y varios ejemplares de la revista Ardi Beltza, además de un extenso listado con miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado, del PP, del Partido Socialista y empresarios.
Uno de los componentes de ese comando, Luis Mariñalera, participó presuntamente en el asesinato del ex consejero de Educación y Cultura del Gobierno vasco y portavoz del PSE en el Parlamento de Vitoria, Fernando Buesa, y su escolta.
Este comando tomó su nombre de Zigor Aranbari, uno de los cuatro etarras fallecidos en el barrio bilbaíno de Bolueta cuando viajaban en un coche que portaba explosivos el 7 de agosto de 2000.
El director general de la Policía, Juan Cotino, informó ayer que los dos presuntos miembros del comando Madrid detenidos en Vallecas tenían en su poder alrededor de 250 kilos de explosivos y 6.000 euros guardados en el piso franco de la calle Piamonte. A este material hay que sumar detonadores y útiles para el robo de turismos.
Descoordinación policial
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, compareció ayer en rueda de prensa con los directores generales de la Policía y la Guardia Civil para desmentir que en esta operación hubiera existido descoordinación entra ambos cuerpos. No obstante, reconoció que el vehículo en el que fueron detenidos los dos presuntos etarras estaba siendo vigilado por la policía, aunque la Guardia Civil fue la que intervino cuando les vio entrar en el coche ante la posibilidad de que escaparan.
Ansuátegui comentó que se trató de 'una operación conjunta' con una indudable 'cuestión de exceso de celo' de ambos cuerpos por temor a que ETA planeara atentados en la capital en vísperas de la cumbre UE-América Latina-Caribe que se celebra el viernes en Madrid.
A juicio del delegado del Gobierno, el intenso barrido realizado en determinadas zonas de Madrid en vísperas de esta cumbre es el que produjo la localización del coche de los terroristas por parte de la policía y, en segundo lugar, por la Guardia Civil, 'que llevó a cabo una intervención rápida cuando aparecen los terroristas'. El vehículo estaba siendo vigilado con cámaras por la policía.
Ansuátegui pidió ayer la colaboración ciudadana para localizar al presunto etarra Balbino Sanz Olarra, huido en la operación desarrollada el martes en Madrid. Este activista huyó de su domicilio en agosto de 1991 junto con Mikel San Argimiro Isasa, a raíz de la desarticulación del comando Ipar Haizea y la muerte de tres de sus integrantes en un enfrentamiento a tiros con la Guardia Civil.