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La enoteca

La bodega en casa

En la despensa, bajo la escalera, en el trastero o en el desván, cada día más aficionados desean instalar una pequeña bodega doméstica en su domicilio para mantener sus vinos de guarda en las mejores condiciones. Sea cual sea el lugar decidido, se deben tomar unas mínimas precauciones.

Ubicación. La bodega debe situarse lo más alejada posible de olores, ya procedan de la cocina o del baño. Igualmente, el vino es muy susceptible a las vibraciones y a los ruidos.

El vino de guarda agradece una temperatura constante que deberá situarse entre los 10º C y los 17º C y una humedad comprendida entre el 60 y el 80%. Estas medidas son difíciles de encontrar en un piso o apartamento, ya que éstos superan los 30º C en los meses más cálidos, salvo si se posee un trastero subterráneo, cada día más frecuentes en los pisos de nueva construcción.

Para controlar estas condiciones se deberá instalar un termómetro-higrómetro en la pared y comprobarlo periódicamente.

Existen unos armarios de vino climatizados de muy diversos tamaños que permiten mantener el vino en las condiciones óptimas, incluso diversificando sus cualidades por zonas para establecer diferentes temperaturas para vinos blancos y vinos tintos. De manera natural, el aire frío suele instalarse en las zonas inferiores, que se convierten en las más idóneas para la colocación de vinos blancos. Para aquellos que dispongan de un sótano o zona propicia, el problema de la temperatura y de la humedad se puede resolver con pequeños equipos climatizadores.

Conservación. Los vinos deben conservarse en zonas en penumbra, especialmente los blancos y los espumosos, y la iluminación artificial debe ser suave.

Es importante que la bodega sea práctica, por lo que las botellas no deben estar apiladas unas sobre otras, lo que impediría su identificación y complicaría cogerlas sin mover el resto. Todos los botelleros suelen tener espacios individuales para cada botella, lo que permite escogerla sin problemas. Las botellas deben sacarse siempre de las cajas y colocarse en posición horizontal, lo que permitirá un permanente contacto del vino con el corcho. Algunos vinos blancos jóvenes pueden exigir el mantenimiento en posición vertical.

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