La grúa que sacará del pozo a Argentina

La economía argentina grita SOS y todos se hacen los sordos. La producción y el consumo están en el fondo de un pozo y no hay quien les tire siquiera una soga. Todo lo que hacen funcionarios y economistas es gritar: '¡Aguanten!'.

Los productores no pueden aguantar y los consumidores tampoco. Sin una fuerza motriz que la eleve rápido, la economía nacional se muere. ¿De dónde va a salir esa fuerza motriz? ¿De la demanda interna? Al principio, no. (...)

En Argentina se piensa que la exportación es un gran negocio, cuyos beneficios no revierten a la sociedad. No se entiende que, para exportar, hay que poner en marcha la economía, promoviendo producción, empleo y altos salarios. El afán de quitar a los exportadores una parte de sus ganancias (sobre todo las extraordinarias, derivadas de una devaluación) suele sumergirnos en despropósitos económicos.

Es lo que pasa en el caso del petróleo (...).

Es extraño: nos pasamos hablando de la globalización, pero es como si pensáramos que no existe. Una petrolera internacional exporta, hoy, desde el país que más le convenga. Atacar el negocio exportador en Argentina es una invitación a exportar desde otra parte, disminuyendo la inversión y producción en nuestro territorio (...). Las exportaciones son la única dinamo con la que contamos. Aun sin hacer nada por promoverlas, es posible que este año tengamos un superávit comercial de 10.000 a 15.000 millones de dólares; nuestros, no prestados. No sujetos a ninguna condición.

Con una política agresiva, que premiara la exportación en vez de castigarla, podríamos multiplicar esa cifra.