_
_
_
_
æscaron;ltima

El mercado turístico del vino, en pleno auge

Las bodegas descubren en las visitas guiadas una oportunidad de ventas. Por tres euros pueden visitarse centros de elaboración y degustar caldos de Rioja, la denominación más antigua de España

Los empresarios vinícolas de La Rioja han descubierto que sus bodegas sirven para más que para producir uno de los vinos más reconocidos del mundo. Prácticamente la totalidad de los 400 centros de elaboración de la comunidad se han convertido en auténticos museos, dispuestos a satisfacer la curiosidad del visitante. La antigua sabiduría popular, que asegura que no hay camino que se resista si el viandante dispone de pan y buen vino, tiene su expresión en una ruta que recorre de norte a sur el territorio riojano.

La Compostela de esta ruta vinícola, también pegada al Camino de Santiago, está en Haro, donde se ubican 23 de las más famosas bodegas de la denominación de origen más antigua de España. Y, dentro de la localidad, el mítico barrio de La Estación, que acoge firmas centenarias, como Muga o López Heredia.

Isaac y Manuel Muga, última generación de una estirpe de bodegueros cuyos orígenes datan de 1604, ofrecen visitar sus señoriales instalaciones en un paseo guiado, de lunes a viernes, en español e inglés, por tres euros, con cata de vino.

A tiro de piedra se ubican Bodegas Bilbaínas y otras dos firmas centenarias: López Heredia y La Rioja Alta. Aunque las tres son auténticos museos, destacan los más de 1.000 metros de calados en piedra de sillería que alberga la primera.

Pero las grandes firmas centenarias no han sido las únicas en utilizar sus bodegas como recurso turístico. En Cordovín, una pequeña localidad riojalteña, considerada como 'el oasis del clarete en la tierra de los tintos', el cosechero Florentino Martínez ofrece vinos del año, que vende directamente al turista en su bodega. 'Estamos abiertos mañana y tarde y dispuestos a explicar todo lo que el visitante quiera saber', señala. David Moreno ha plantado su bodega a medio camino entre Yuso y el monasterio de Cañas. Desviándose hacia el límite con Álava, Bodegas Puelles ofrece en la señorial viña de Ábalos la posibilidad de visitar, por los tres euros habituales, una bodega de corte familiar, degustación incluida.

En la capital puede visitarse el Museo del Vino instalado por Bodegas Ontañón. En Alfaro, la bodega Torres se ubica en un antiguo aeródromo militar. Por su parte, Palacios Remondo ofrece al visitante visita guiada a su bodega, en un complejo con cuatro restaurantes y un hotel.

Los bodegueros reconocen que las ventas ligadas al turismo están en auge, aunque aún tienen carácter simbólico. Su mayor interés reside en la promoción de las marcas. Y lo cierto es que, en el primer trimestre de 2002, las ventas de rioja han crecido un 25%, con unos ingresos de 64 millones. Los más optimistas pronostican que, en pocos años, las compras directas del turismo supondrán el 1% de las ventas.

Archivado En

_
_