Juego sin estrellas en Venezuela
Los cambios preliminares que el presidente [Hugo Chávez] inició en el gabinete económico deben ser sometidos por los especialistas a un análisis ponderado. En una situación tan seriamente comprometida en las finanzas del Gobierno, parece que el presidente no ha entendido la profundidad de la crisis (...).
Al economista Tobías Nóbrega la suerte no le ha deparado un premio. Irá al Ministerio de Finanzas, donde sus titulares duran poco, según lo reitera la experiencia (...). El quinto en tres años, y en momentos en que las finanzas públicas atraviesan una situación que los expertos definen como grave. El Gobierno, en una palabra, no está en condiciones de responder a los innumerables compromisos adquiridos. El déficit es cuantioso. Las perspectivas de recaudación en una economía paralizada no dejan margen. Tendrá que irse necesariamente a un ajuste, palabra poco revolucionaria, pero quizás fatal.
Como el ajuste no bastará, tendrá que recurrirse al FMI. Lo cual es como nombrar la soga en la casa del ahorcado. Más allá del problema financiero, el Gobierno tiene la obligación de definir su política económica, y, de modo especial, sus relaciones con el capital privado nacional. Ver cómo reactiva el aparato productivo, genera empleo, atraen inversiones (...). El juego se está perdiendo, y en el campo no hay estrellas. Ya los mercados financieros reaccionaron hacia la baja y el dólar comenzó a subir: se necesitan algo más que caras nuevas para ganar el partido.