El euro se revaloriza un 5% frente al dólar en un mes
El euro bajó hoy en el mercado de divisas de Francfort en lo que los analistas consideran una reacción técnica tras las subidas de ayer, lunes, y hacia las 16.00 horas GMT se cambiaba a 0,9147 dólares, frente a los 0,9184 dólares de esta mañana. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) fijó hoy el cambio oficial del euro en 0,9125 dólares.
Los expertos destacaron que la divisa europea no reaccionó al aumento de la productividad en EEUU en el primer trimestre de 2002 ni a los datos sobre pedidos industriales en Alemania en marzo, también publicados hoy.
Muchos inversores se mantuvieron a la espera del resultado de la reunión que celebra hoy la Reserva Federal estadounidense, si bien no se espera que la entidad modifique los tipos de interés.
Los analistas creen que en las próximas jornadas la moneda única se mantendrá en las próximas jornadas entre los 0,9075 y los 0,9190 dólares.
No obstante, en las primeras horas de negociación de hoy en el mercado europeo, la moneda única subió hasta los 0,9183 dólares, el mayor valor de los últimos siete meses, en un ambiente pesimista sobre la evolución del billete verde, aunque hacia las 08.30 horas GMT había bajado hasta los 0,9151 dólares.
A las dudas surgidas en los mercados financieros sobre la recuperación de la economía estadounidense se ha unido la preocupación por el enorme déficit comercial, que en 2001 alcanzó los 462.000 millones de euros (420.000 millones de dólares), un 4% del Producto Interior Bruto (PIB).
Los mercados esperan que la Reserva Federal estadounidense no revise hoy los tipos de interés en el 1,75%, el menor porcentaje en 40 años, debido precisamente a la incertidumbre que prevalece sobre una inminente mejoría económica en EEUU.
La depreciación de dólar ha sido acogida con satisfacción por el Banco Central Europeo (BCE), porque un euro más fuerte ayudará a mitigar la inflación en la eurozona, acelerada últimamente por el incremento de los precios del petróleo. Sin embargo, los expertos están divididos sobre la tendencia definitiva de la divisa comunitaria en los próximos meses. Mientras unos afirman que la debilidad del dólar se mantendrá y que el euro se cambiará en un mes a 0,95 dólares, otros opinan que esta moneda puede volver a caer hasta 0,85 dólares y que sus ganancias actuales son pasajeras.
En todo caso, las malas noticias en Europa, como la huelga del metal y la elevada cifra de desempleo en Alemania divulgada hoy y las modestas perspectivas de crecimiento en la zona euro, no parecen afectar como antes la cotización del euro, que se ha mantenido sólido en los últimos días.
Otro factor que puede deprimir más al dólar es el descenso de bolsa de Wall Street ayer por los pobres resultados alcanzados por las empresas, que arrastraron al índice Dow Jones a las mayores pérdidas de los últimos tres meses.
Además, el billete verde puede verse afectado por el escaso atractivo de las inversiones en esta moneda por sus bajos tipos de interés, comparado con las tasas del 3,25% del euro y del 4% de la libra esterlina.
En enero y febrero de este año, los inversores extranjeros adquirieron sólo 27.000 millones de dólares (29.670 millones de euros) en activos denominados en dólares, frente a 110.000 millones de euros (100.000 millones de dólares) en el mismo periodo de 2001.
Pero uno de los argumentos más convincentes para muchos analistas de que el dólar está destinado a depreciarse en los próximos meses es el gigantesco déficit por cuenta corriente, que, según las últimas proyecciones, se incrementará en 2003 hasta el 6% del PIB.
Para financiar cantidades de este orden, se necesitaría un flujo diario de capital extranjero de 2.200 millones de euros al cambio actual (2.000 millones de dólares), un volumen a todas luces excesivo.
En realidad, se están secando las fuentes de ingresos que alimentaban hasta ahora los activos denominados en dólares.
Primero fue la bolsa, que dejó de percibir capital al deshincharse la burbuja especulativa de los títulos tecnológicos, después fueron las inversiones directas, al haber menos fusiones y adquisiciones, y últimamente han bajado radicalmente las compras extranjeras de deuda empresarial y de bonos del tesoro en EEUU.
Pese a estos argumentos a favor del euro, los analistas recuerdan que hasta ahora no se han cumplido las repetidas profecías de su revalorización desde su introducción como moneda de cálculo en enero de 1999.