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Retos de la gestión

Las nuevas jerarquías

La escala organizativa basada en el prestigio, el ejemplo y la ética es el secreto del éxito y la fuente de riqueza de las empresas y los equipos humanos

Se ha escrito mucho acerca de los temas relacionados con la organización de las empresas y se han utilizado muchos recursos y mucho tiempo tratando de aplicar, de las mejores maneras, las infinitas teorías que sobre el asunto han ido apareciendo a lo largo del tiempo. El concepto de desarrollo organizacional fue una importante contribución porque racionalizó la relación entre estrategia y estructura de organización; pero, después de aquello, han aparecido criterios y teorías, unos de carácter conceptual y otros de tipología geométrica, que han orientado movimientos y cambios en muchas empresas, en las que las personas han sido transportadas por el concepto o desplazadas por la geometría de maneras rápidas y, a veces, sorprendentes.

Las ideas de verticalidad y horizontalidad de las organizaciones, el concepto de aplanamiento de las estructuras, el atrevido destino del down-sizing, el equilibrio incierto del right-sizing, la batalla eterna entre el centro corporativo y las unidades de negocio y otras muchas teorías-despertador han sido causa de ingentes labores en muchas empresas y de oportunidades de muchas consultorías para desorientación de muchas personas y desencanto de muchas otras.

La reingeniería de procesos y la reingeniería de las organizaciones también han sido contribuciones que han tratado de poner orden entre el qué y el cómo de las empresas; ninguna empresa que se precie ha dejado de hacer reingeniería de algo y esta nueva liturgia también ha utilizado recursos humanos y económicos y ha hecho cambiar cosas para establecer distintos cómos de los mismos qués.

Sin embargo, continúa siendo alto el número de fracasos y de decepciones de muchas experiencias en las organizaciones de las empresas, y debemos preguntarnos, otra vez, después de otras muchas, la razón de esos fracasos y el por qué de las grandes diferencias en resultados entre empresas que, tratando de hacer lo mismo, unas pocas obtienen lo que pretendían, otras, escasas, encuentran lo que buscaban y muchas acaban donde empezaron o un paso más atrás.

Casi todas las razones de los fracasos son diferentes expresiones de la misma idea, diferentes consecuencias del mismo concepto, diferentes sombras de los mismos vértices proyectados con la misma luz desde diferentes ángulos sobre diferentes planos, diferentes desajustes de la misma pirámide, y resulta sorprendente que tantas experiencias no sean todavía suficientes para acabar con errores tan repetidos.

El secreto de todo esto, o uno de los secretos más valiosos, está en darse cuenta de que el tradicional concepto de jerarquía es causa de muchos fracasos empresariales, y que la estructura de la organización es un medio al servicio de un concepto de jerarquía; cuando este concepto de jerarquía es obsoleto, la estructura de organización es sólo el establecimiento de la forma de fracasar.

Las personas, los profesionales de hoy, ya no quieren ser dirigidos, porque desean dirigirse a sí mismos, y sí quieren ser liderados por quien tenga el prestigio y la valía para ser un verdadero líder.

Las jerarquías basadas en posición, autoridad, mando y estructura vertical están acabadas y, como todavía existen y hay muchos directivos que las aplican y soportan, ponen éstos el foco sobre el objeto del fracaso; la utilización de la jerarquía tradicional es la razón de la mayor parte de los fracasos en el establecimiento y operación de las organizaciones de las empresas.

Las jerarquías basadas en el prestigio, el ejemplo, la ética, la integridad, la moralidad y la amistad son el nuevo secreto del éxito y la nueva fuente de riqueza de las empresas y los equipos humanos.

La idea de dirigir por establecimiento de expectativas, está desbancando a la idea antigua de dirigir mediante órdenes. La idea de utilizar el poder para servir está desbancando a la idea de utilizar el poder para mandar.

No hay mejor estructura de organización que la compartida por un equipo que cree en ella, con un líder que es la imagen de sus valores, aunque esa estructura tenga algo de incomprensible. No hay peor estructura de organización que la impuesta a un equipo que no ha participado en ella, por un líder no líder, aunque esa estructura tenga todo de racional. El secreto no está en la anatomía, sigue estando en el alma.

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