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Un modelo de BMW que no necesita combustible

Los caprichosos ya tienen a la venta un nuevo ejemplar de la firma alemana, que también tiene cuatro ruedas y sirve para recorrer la ciudad, pero no es un coche, sino un patín que cuesta 565 euros

Olvídese de las olas y deslícese por el asfalto'. Con este lema promociona la marca automovilística BMW uno de sus últimos inventos. Se trata de un patín, denominado StreetCarver, dirigido a un público mayor de 12 años y fabricado con un tipo de aluminio ligero y resistente.

Para la compañía, 'es la oportunidad de adquirir un auténtico BMW que no necesita combustible, un capricho para quienes siguen las últimas tendencias, basado en la combinación de nuevos materiales, una suspensión totalmente diferente y un ingenioso mecanismo de dirección'.

En España, el aparato lleva tres meses a la venta en todos los concesionarios de la firma, a un precio de 565 euros (IVA incluido) y de momento se han vendido 39 unidades, aunque puede convertirse en uno de los objetos de la temporada con la llegada del buen tiempo. La iniciativa contrasta con el punto y final de la efímera moda que supusieron los patinetes de dos ruedas, de los que ya apenas se ve alguno por la calle.

La pretensión de la firma es 'aplicar nuestros conocimientos tecnológicos adquiridos en el campo del diseño de automóviles a un ámbito de movilidad muy diferente'. Carece de motor y está inspirado en los patines de toda la vida, aunque se le han incorporado adelantos de todo tipo.

Una de las claves del aparato es que cuando se alcanza una cierta velocidad, el peso del patinador garantiza automáticamente que no se pierda la estabilidad. Dos de sus cuatro ruedas permanecen siempre en el suelo, dificultando las temibles caídas.

Asimismo, la plataforma sobre la que el usuario se sube es flexible y su núcleo central es de madera, mientras que los refuerzos están fabricados con fibra de vidrio. La suspensión que utiliza es la misma que la de los vehículos de la Serie 5.

Las ruedas son de poliuretano y llevan incorporados unos indicadores de desgaste que se vuelven visibles cuando la superficie de contacto comienza a deteriorarse, avisando a su dueño de la necesidad de una reposición. La llanta de aluminio, de dos piezas, puede quitarse para sustituir la rueda usada, que se elimina siguiendo criterios medioambientales.

Los ingenieros han tratado de poner en el mercado un patín de alta tecnología, que ya ha recibido diferentes premios de diseño, entre los que destaca el Punto Rojo del Centro de Diseño de Renania (Alemania).

Las empresas automovilísticas pelean en un mercado muy sensible a la evolución de la economía y están interesados en estar presentes en cada vez más segmentos. Por ello ponen especial atención no sólo en los vehículos tradicionales, sino también en aquellos que son diferentes y van destinados a un segmento que no es el habitual, sino que está, seguramente, integrado por los hijos de quienes ya tienen un coche de esta marca.

Los representantes de BMW aseguran que este modelo de patín puede utilizarlo todo tipo de público, aunque reconocen que quienes más técnica demuestran son los jóvenes de 15 años, quizá los más dispuestos a hacer la prueba.

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