Ex alumnos de Wall Street la denuncian por estafa
Un grupo de ex alumnos del centro que Wall Street Institute (WSI) tenía en Gijón han presentado una denuncia tanto contra el franquiciado como contra la central por un presunto delito de estafa. Los afectados consideran que los administradores de la enseña conocían los engaños realizados por sus franquiciados que cerraron el centro y dejaron a los alumnos con créditos pendientes con entidades bancarias.
Alrededor de un centenar de ex alumnos que la escuela de idiomas Wall Street Institute (WSI) tenía en Gijón han presentado ante el juzgado una demanda por un presunto delito de estafa contra el franquiciado del centro, contra los administradores de WSI Sylvan Learning Systems por un presunto delito de estafa y contra los empleados de la empresa franquiciada.
En este último caso, alegan que durante el mes de enero de 2002 continuaron firmando contratos en nombre de la empresa, pese a conocer que el 12 de diciembre de 2001 se había acordado la disolución de la sociedad y la solicitud de quiebra. Fuentes de la enseña consultadas por este diario comentaron que no tenían constancia de ninguna demanda contra la matriz.
En el sistema de contratación, los alumnos pagaban el curso bien por adelantado, bien mediante unos créditos que obtenían del SCH o del Citibank. Una vez que el centro decide el cierre del mismo, los alumnos, que habían pagado cantidades que oscilan entre 1.102 y 3.000 euros, según consta en la demanda, se quedaron sin clases de inglés y con la obligación de continuar pagando los préstamos.
Connivencia
La matriz también se encuentra involucrada en este asunto, según refleja la citada demanda, ya que 'pese a la grave situación económica que desde hace unos dos años venía padeciendo la franquicia administrada por Alfonso García-Argüelles, la empresa franquiciadora le concedió tres nuevos centros franquiciados, uno en Tenerife y otros dos en Las Palmas'. Y añade que esta práctica ya se ha empleado en otros casos como en la quiebra del centro de Móstoles (Madrid) a cuya titular se le concedió una nueva franquicia en Talavera de la Reina (Toledo).
Los demandantes también consideran que los administradores de la central 'son perfectos conocedores de los engaños y estafa realizados por sus franquiciados, ya que normalmente antes de que una de sus franquicias quiebre, se registra un cambio de domicilio y un cambio de administrador'.
En la demanda, que aún no ha sido admitida a trámite, se reconoce que la enseña intentó solventar el problema abriendo un nuevo centro para dar clase a los alumnos perjudicados. Los afectados dicen que no cumple con sus expectativas.
'La entidad franquiciadora se intenta desvincular completamente de la franquicia, intentando convencer a los alumnos de que Wall Street no tiene responsabilidad alguna en el cierre de su franquiciado, y obligando a los alumnos que desean continuar sus clases a firmar un nuevo contrato y un anexo conforme al cual el alumno tiene que reconocer que la franquicia es una compañía independiente'.