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Laboral

La UE prepara un sistema de mediación laboral voluntaria y gratuita

Los mediadores laborales europeos serán gratuitos y el uso de su conciliación será opcional. Ettienne De Lattre, uno de los cerebros del proyecto, afirma que la resolución dialogada de los conflictos es mucho mejor que la impuesta por las Administraciones, pero que perdería sus virtudes si fuera obligatoria o si la pagaran las empresas, que son una de las partes.

La cuarta conferencia anual de la Asociación Europea de Abogados Laboralistas, que se ha celebrado este fin de semana en Madrid, comenzó analizando el incipiente proyecto de crear un sistema de ámbito europeo para la mediación en conflictos laborales.

El Consejo de Europa aprobó el pasado 3 de diciembre la propuesta de la ministra belga de trabajo, Laurette Onkelinx, para crear este mecanismo. El experto que está detrás de la idea, asesor de la ministra belga y abogado dedicado durante 20 años a la negociación de grandes procesos de reconversión, es Ettienne De Lattre, y ha sido la persona encargada de abrir esta reunión de la EELA.

De Lattre explicó que hay tres modelos para ayudar a resolver conflictos: la conciliación, la mediación y el arbitraje. Descartó de entrada la última opción porque sería incompatible con la legislación de varios Estados miembros, y también porque el Reino Unido se opuso, con su proverbial desconfianza hacia Bruselas, a la creación de nuevos organismos comunitarios, argumentando con razón que los árbitros, que por definición tienen la facultad de decidir, entrarían en conflicto con el Tribunal Europeo de Justicia.

De Lattre explicó que el intervencionismo es contraproducente para una negociación. Afirmó que su experiencia le ha enseñado que cuando las empresas cierran, total o parcialmente, es mejor que los despidos se hagan mediante acuerdos. Puede resultar más barato para las corporaciones que cuando los Gobiernos, llevados por la alarma social que se genera, como pasó en Europa por el caso Marks & Spencer, se sienten obligados a imponer una solución.

Contestación sociológica

Pero, sobre todo, ocurre que las soluciones negociadas no levantan protestas ni 'contestación sociológica'. Por eso rechazó la creación de árbitros. En cuanto a las otras dos opciones, apoyó la creación de mediadores y descartó los conciliadores, porque, a diferencia de los segundos, tienen la facultad de proponer soluciones.

En este sentido, afirmó que la reestructuración que Opel ha efectuado en 2001 hará historia en Europa. En vez de cerrar alguna de sus plantas por la caída de la demanda, decidieron dialogar y consiguieron distribuir los recortes a lo largo y ancho de todo su parque productivo en el continente. Opel ha demostrado que es posible hacerlo si se adaptan las medidas a las legislaciones locales.

Lo importante es que el fabricante ha planteado honestamente el problema a los sindicatos y lo ha resuelto contando con ellos. La otra opción hubiera sido cerrar alguna fábrica, provocando una solución gubernamental impuesta que siempre es menos sutil, y una explosión de rechazo social.

Francisco González de Lema, director del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje, creado en 1996, explicó la experiencia de España en resolución dialogada de conflictos laborales. Reveló que en este país no es frecuente la mediación en grandes conflictos porque las Administraciones, alarmadas, suele intervenir. Dijo que, en negociaciones muy complejas, los mediadores en general no pueden dar con la solución. Sin embargo sí pueden, y esto es fundamental, crear un marco, un mecanismo que desbloquee un proceso que las partes, abandonadas a sí mismas, habían llevado al estancamiento. De Lattre propuso que la mediación europea sea absolutamente voluntaria para garantizar la buena voluntad de las partes.

Los negociadores tendrán que ser 'héroes'

 

Salvador del Rey, socio del despacho Cuatrecasas, entiende que en Europa la mediación no está extendida porque aquí hay una fuerte protección constitucional del derecho de huelga y porque, a diferencia de lo que pasa en EE UU, existen jueces especializados en Derecho laboral.

 

 

 

 

 

 

 

Del Rey pronosticó que la mediación laboral de ámbito europeo al principio será sencilla, voluntaria y sin árbitros. Advirtió además, en tono humorístico, de que los facilitadores europeos tendrán que ser 'supermediadores'. '¿Quienes serán esos héroes, cuando ya en el ámbito nacional son difíciles de encontrar?'. Para mediar en grandes conflictos que afecten a las empresas transnacionales 'deberán exhibir cualificaciones extraordinarias: prestigio a nivel europeo, influencia política, aceptación por parte de la Comisión, las partes, los Gobiernos nacionales y la opinión pública, profundos conocimientos de Derecho comunitario y local, además de hablar varios idiomas'.

 

 

 

La idea es establecer listas de mediadores para que las partes elijan al que prefieran, incluso a varios de ellos. Como serán muy caros, al principio las empresas no querrán pagarlos y tendrá que hacerlo la Comisión. Del Rey añadió que las empresas acabarán adoptando el proyecto, y pagándolo, porque negociar es mucho mejor que sufrir una decisión administrativa externa. Además, las empresas saben lo peligroso que es enfrentarse a los trabajadores. Si no lo entienden, 'algún día aparecerán los atentados perpetrados por los Bin Laden de lo social'.

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