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La última

El comercio justo llega a los supermercados

La organización no gubernamental (ONG) Intermón Oxfam define el comercio justo como 'la búsqueda de alternativas económicas sostenibles para las poblaciones más empobrecidas y vulnerables'. En la práctica, este nuevo modelo solidario para establecer relaciones comerciales pretende conseguir que los productores de manufacturas y materias primas de países pobres consigan unos márgenes por sus productos superiores a los que obtienen a través de los canales comerciales tradicionales, reduciendo al máximo las elevadas comisiones de intermediación.

32 años después de que se abriese en Amsterdam (Holanda) la primera tienda especializada en vender productos acogidos a las reglas del comercio justo, las organizaciones españolas y europeas dedicadas a implantar estos artículos en la sociedad están logrando uno de sus mayores objetivos: penetrar en las principales cadenas de grandes superficies, lo que significa hoy en día el triunfo comercial de esta iniciativa.

Intermon Oxfam ha cerrado ya acuerdos con la cadena Eroski para la distribución de su marca de café Equita, elaborado con mezclas procedentes de Tanzania y Guatemala, además de otros productos alimentarios. Esta cadena es la única, por el momento, que además realiza promociones especiales como la semana del comercio justo.

La misma organización ultima un pacto con Alcampo y ha cerrado tratos con las cadenas de supermercados catalanas Bon Preu, Condal Alimentació, El Consum, Supeco y la gallega Radisa.

Operaciones similares se están consolidando en el resto de la Unión Europea, donde el gran público ya tiene acceso a la marca Trans Fair de café y té, que se vende en Alemania, Luxemburgo y Austria. En los Países Bajos, Suiza, Dinamarca y Francia se comercializan bajo la marca Max Avelaar café, cacao, chocolate y miel. En el Reino Unido la marca Fair Trade engloba productos como el café, té y chocolate.

Se trata del primer paso para extender este modelo comercial a todos los rincones de la sociedad, dado que son los propios grupos solidarios los propietarias de la mayoría de los puntos de venta de estos productos.

Hoy existen en España 40 tiendas dedicadas al comercio justo atendidas por 1.500 voluntarios y 100 profesionales, que proporcionan una facturación de seis millones de euros. Hace 12 años las ventas sumaban tan sólo 100.000 euros. Una muy pequeña aportación a los 370 millones de euros que mueve en toda la Unión Europea este mercado, basado en la buena disposición del consumidor a pagar más por un producto a cambio de contribuir a la retribución del productor local.

La Unión Europea moviliza a 100.000 voluntarios y 1.000 profesionales en estas tareas, lo que ha permitido, según las ONG afectadas, dar un trabajo a medio millón de artesanos y productores de países pobres. Las agrupaciones europeas tienen ya más de 3.000 tiendas, pero han logrado introducir sus productos en más de 70.000 establecimientos.

El negocio está centrado en productos alimentarios (café, té, cacao), pero las agrupaciones pretenden ampliar la oferta con la artesanía, mobiliario, textil y otras materias primas no alimentarias. La entrada de las grandes superficies en el negocio lleva a los portavoces de estas entidades a afirmar que cada vez es mayor el número de personas dispuestas a pagar más para establecer relaciones comerciales equitativas. Estiman que el 50% de la población europea compraría estos productos si los encontrara en sus establecimientos habituales. Fuera de Europa el impacto resulta mínimo, aunque su potencial de crecimiento es enorme.

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